Cuasimodo del Milagroso Niño Jesús de Praga, Independencia
Independencia, Metropolitana de Santiago

Antecedentes biográficos:

Independencia es una comuna de larga pero interrumpida tradición cuasimodista. En 1889 se tiene registro de una corrida organizada desde la parroquia La Estampa (Av. Independencia #633), la cual iniciándose a las 7 am recorría el barrio Independencia pasando a dejar la Comunión también en el hospital San Vicente de Paul (actual José Joaquín Aguirre) (Prado, 2012: 30). Se cree que esta corrida pudo ser muy importante al menos hasta principios de la década de 1940, habiendo influenciado gran parte de lo que antiguamente era el barrio “La Chimba”. Posteriormente, en el año 1942, se organiza un gran Cuasimodo que, con base en la Parroquia de Nuestra Señora de Las Mercedes (El Salto con Valdivieso en la comuna de Recoleta) e integrado fundamentalmente por cuasimodistas de Conchalí y Huechuraba, recorre un gran área compuesto por zonas de las mencionadas comunas, además de Independencia. Sin embargo, el trecho de Independencia acaparado por este Cuasimodo correspondía sólo a algunas calles de su zona norte (más cercanas a Conchalí y Huechuraba), quedando su parte sur (más cercana al río Mapocho) sin cubrir. Adentrándonos en el tercer cuarto del siglo XX, no se tiene un registro claro de la presencia de Cuasimodo en la comuna de Independencia. Al menos se tiene claridad en que no se organizaban corridas desde las parroquias de la comuna.

Corre el año 1988 y nace en la parroquia de Las Carmelitas, de manera improvisada, la celebración de un nuevo Cuasimodo para Independencia. El año anterior había arribado a esta parroquia el Padre Esteban, quien luego de un año de ejercer invita a tres ministros de Comunión (laicos que durante el año acuden a entregar la Comunión a diversos enfermos) para que lo acompañen en el día de la Divina Misericordia (domingo posterior a Pascua de Resurrección) a entregar la Hostia consagrada a una lista de personas que no habían podido comulgar en Semana Santa. Es así como el religioso junto a Rafael Farfán, Ester Vivians y Enrique Durán se embarcan en el furgón utilitario del primero y comienzan a recorrer las calles de la comuna al encuentro de los feligreses postrados de su parroquia, cantando y tocando campanillas cada vez que ingresaban a una casa. Para alcanzar algunos domicilios que excedían el territorio de la comuna, debieron cruzar Avenida Dorsal e internarse en Conchalí, minutos clave en que divisaron la gran caravana de cuasimodistas que en esta comuna estaba realizando la misma misión que ellos, pero montando a caballo y ataviados con sus esclavinas, pañoletas y otros menesteres. Es en ese momento que los tres ministros se dan cuenta que están siendo parte de un pequeño y espontáneo Cuasimodo, lo cual piensan, había sido la intención del Padre Esteban. De inmediato deciden convertirse en cuasimodistas.

El año 89 y 90 el incipiente grupo se organiza con antelación y sale a realizar un recorrido el domingo indicado por los barrios de Independencia con bicicletas y vehículos motorizados adornados a la usanza de Cuasimodo (guirnaldas, globos, flores, etc.). No se registran jinetes, ya que se trata de feligreses urbanos que no tienen donde conseguir caballos ni carretones. Luego, en el año 1991 la caravana ya cuenta con esclavinas y pañoletas amarillas (color del Vaticano) todo confeccionado por la Sra. Elsa Pavez, gracias al género donado por Don Héctor Calderón (presidente del Consejo Parroquial); además de cintas café al cuello (color de las Carmelitas), regaladas por Doña Lidia Leyton. Corren con esta vestimenta hasta el año 2005, cuando le agregan flecos blancos y le estampan un copón en la espalda. Importante es también el aporte de Juan Cordero, líder de la corrida que porta una gran bandera chilena.

El Padre Esteban siguió en la parroquia durante dos años. Luego su legado fue asumido por el sacerdote Sergio Sotello, quien corrió con los cuasimodistas durante quince años; los Padres Mario López y Antonio Pérez, para estar actualmente el párroco Gilberto Urrego; todos muy interesados en la festividad.


Antecedentes de la especialidad o práctica:

El Cuasimodo de la parroquia Carmelitas en Independencia tiene como objetivo principal acompañar al párroco en la entrega de la Comunión el Día de la Divina Misericordia (domingo posterior a Pascua de Resurrección) a los feligreses enfermos/postrados que corresponden a esta parroquia (además de otros que en el momento lo solicitan) y que por su condición no pudieron comulgar en Semana Santa. Se trata de un grupo pequeño que busca consolidarse y extenderse como organización cuasimodista, el cual tiene como características principales estar compuesto netamente por gente ligada a la parroquia de manera estrecha y componer su caravana sólo con vehículos motorizados y bicicletas (un Cuasimodo con fuerte acento en lo urbano). Lo último se explica desde la proveniencia urbana de sus miembros, quienes no adscriben a una tradición huasa ni ligada al uso del caballo (no cuentan con animales ni carretones, ni tampoco manejan técnicas para su utilización). No obstante esto, la organización ha buscado integrar jinetes y carros de tire animal a su comitiva (en una ocasión corrieron con un carretón prestado tirado por caballo) invitando a participar a cuasimodistas de comunas colindantes como Conchalí y Huechuraba que no han podido asistir de manera sistemática por estar ocupados en sus propias corridas.

De esta manera, este Cuasimodo se centra en adornar con dedicación sus bicicletas, automóviles y camionetas. Las primeras son adornadas principalmente con flecos, pompones de papel y papeles en sus rayos (predominando el blanco/amarillo del Vaticano); los vehículos con variados arreglos del mismo color, mientras el Padre es transportado en una camioneta blanca (propiedad de la familia Berroeta) especialmente adornada con guirnaldas, globos, imágenes religiosas, etc.

Actualmente, los participantes en la corrida el domingo de Cuasimodo son aproximadamente 45 personas. Además del grupo de feligreses que dirigen el grupo desde sus inicios en conjunto con sus familias, se destaca un núcleo de jóvenes católicos denominado “Carmelo Joven” (grupo juvenil ligado a la orden de Carmelitas), muchos de los cuales desde niños se involucraron en la corrida. Los padres de estos jóvenes también participan activamente de Cuasimodo.

Cuentan con ropaje tradicional para la corrida. Esclavinas y pañoletas amarillas en su totalidad, lo cual es un distintivo original de este Cuasimodo en honor al Vaticano. La esclavina cuenta también con flecos blancos y un copón estampado en la espalda simbolizando el motivo principal de Cuasimodo: la Sagrada Eucaristía a los que no pueden asistir a la iglesia (el copón traslada la Hostia consagrada). Además, esta vestimenta considera la bandera chilena y la del Vaticano, una a cada lado. Este año se le incorporó a la esclavina el estampado de una espiga en el frente (que simboliza la proveniencia del Pan) y una imagen de Jesús. Por su parte, se confeccionaron nuevas pañoletas a la medida oficial de Cuasimodo (las anteriores eran distintas, triangulares) e incorporando una imagen del Niño Jesús de Praga. Ambas prendas siempre en el amarillo que caracteriza a este grupo. Otro elemento importante es una cinta café al cuello que identifica al grupo como carmelos.

El recorrido se centra en el sector que corresponde a la parroquia. Se comienza por el sur en Borgoño para ir hasta Rivera en el límite norte, luego por Vivaceta en el poniente hasta Recoleta en delimitación Oriente. En ciertas ocasiones se traspasan estos límites algunas cuadras para llegar a domicilios de enfermos feligreses ligados a la parroquia. También son muy importantes algunos hogares de ancianos que la caravana visita. Durante todo el recorrido se tocan campanillas y bocinas. La caravana cuenta con varios vehículos motorizados adornados, estableciéndose en el medio de la fila la camioneta con el sacerdote. Cada vez que la comitiva se detiene para entregar la Comunión, el grupo entona cánticos apoyados con una guitarra.

Los habitantes de las casas en donde entra Cuasimodo confeccionan un altar en su interior. Además, en avenida La Paz, existe un lugar donde este altar es dispuesto en la calle, en el frontis de una casa visitada. Algunos de estos feligreses reciben con esmero a los cuasimodistas, entregando dulces para los niños de la comitiva, jugos, galletas y otros alimentos. Los adornos típicos de esta festividad que los domicilios presentan en sus fachadas y rejas (guirnaldas, flores, globos, ramas de palmera, etc.) en otros sectores aquí, por ahora, no son considerados. Tampoco los típicos gritos de pleitesía como ¡Viva Cristo Rey! son normalmente vociferados por los participantes. Como parte de un plan para la intensificación de Cuasimodo se buscará implementar estas prácticas en la zona.

Este Cuasimodo no presenta actividades folclóricas anexas, pero se está estudiando la posibilidad de realizar una misa a la chilena ese día en vez de la tradicional, para dar un tinte huaso a la festividad.

El año 2013 la organización ha formalizado sus actividades, programando una reunión mensual y tramitando sus papeles para la obtención de personalidad jurídica. La idea es también lograr una mayor participación de la organización en el resto de los eventos en que Cuasimodo participa tradicionalmente durante el año (procesiones a Cristo Rey, Padre Hurtado, Templo de Maipú; Encuentros Nacionales Cuasimodistas, entre otros). La concreción de este último ítem dependerá del nivel de participación que demuestren los cuasimodistas de Independencia y de que sean aceptados concurriendo sólo en vehículos motorizados y/o bicicletas, al menos en el corto plazo.

Hoy, esta organización se encuentra en pleno proceso de consolidación y crecimiento. Su actual relacionadora pública, la señora Verónica Gómez, contactó a la dirigencia de la Asociación Nacional de Cuasimodistas buscando apoyo para crecer en vías de transformarse al mediano plazo en un Cuasimodo de corte tradicional (con caballos, carretones), además de introducirse y formarse más a fondo en el espíritu cuasimodista y el protocolo oficial de la corrida. El ímpetu de esta dirigenta fue muy bien acogido por la Asociación Nacional, quienes en busca de integrar a Independencia en su red de trabajo y apoyarlos en su crecimiento/consolidación, coordinaron en conjunto con otros Cuasimodos una corrida a la vieja usanza por las calles de Niño Jesús de Praga, además de asesorarlos en cuestiones técnicas para la conformación jurídica de su organización.

Fundamental en este proceso también ha sido el actual párroco de Las Carmelitas (Padre Gilberto Urrego), siendo un impulsor del grupo cuasimodista hacia el objetivo de lograr una corrida con características tradicionales para 2014 (con presencia de jinetes y/o carros). De igual forma, todos los párrocos anteriores han apoyado la festividad desde que ésta se realiza (1988).


El Cuasimodo del 21 de abril de 2013

En 2013, Milagroso Niño Jesús de Praga realizó su Cuasimodo, como es costumbre, el domingo siguiente al de Resurrección (07 de abril) con su pequeña pero fiel comitiva independencina. Sin embargo, este año se perfiló como crucial para la organización, ya que se arrojaron a la aventura de concretizar un Cuasimodo anexo, realizado a la usanza tradicional (caballos, carrozas y carretones) con el apoyo de la Asociación Nacional y, específicamente, la participación mayoritaria de cuasimodistas de Conchalí, Huechuraba (Juan Pablo II) y Quilicura, quienes acudieron con gran entusiasmo montando sus caballos y carretones. La fecha debió pactarse una semana después que la oficial para contar con la necesaria presencia de corredores externos. El objetivo de este evento fue entusiasmar a la gente, a los propios cuasimodistas y a los vecinos espectadores, creando un estímulo mediante la atractiva y sonora caravana por las calles de Independencia, en búsqueda de mayor participación local y de consolidar la festividad por medio de su difusión en la comuna.

La cita fue un domingo 21 de abril a las 9 am para celebrar una misa en la parroquia Las Carmelitas (General Borgoño #1047). Finalizada la celebración, alrededor de las 10 am, la comitiva se ordenó en las afueras de la Iglesia y comenzó la marcha. Acudieron 47 jinetes, 17 carretones y 2 coches, uno de los cuales trasladó a la comitiva que entregó la Comunión. Si bien el evento contaba con un fuerte apoyo de la parroquia, la corrida debió realizarse sin sacerdote debido a que los dos religiosos de la iglesia se encontraban ocupados en actividades litúrgicas irrenunciables. La Hostia consagrada fue entrega por una ministra de Comunión. Además, se dieron cita un buen número de ciclistas, automóviles y camionetas.

Se definieron 2 líderes principales, conchalinos, quienes fueron guiando los ritmos de marcha, tapando ciertos cruces viales y vigilando en general el normal desarrollo de la corrida. En la ocasión, pudimos verificar desde la observación directa algunas dificultades que suelen afrontar estas caravanas en sus recorridos urbanos. Numerosos jinetes resbalaron peligrosamente con sus caballos al pisar pavimento y adoquines e incluso uno cayó a piso junto al animal de manera estrepitosa, salvando ambos ilesos e incorporándose vigorosamente en cosa de segundos. Algunos caballos también pisaban las grandes banderas chilenas y papales que portaban otros jinetes, perdiendo estos últimos, a veces, el equilibrio. Costaba además mantener el orden en fila de los carretones debido a los distintos ritmos de cada uno (algunos con pequeños caballos transitan bastante lento), siendo poco recomendable efectuar adelantamientos.

La corrida se centró en visitar nueve hogares de ancianos de Independencia, extendiendo en algunas cuadras el recorrido tradicional del Cuasimodo local. En cada Hogar, la caravana se detuvo con mucho paciencia, esperando por largos minutos mientras la comitiva ingresaba. Durante el trayecto se vociferaban fuertes gritos a Cristo Rey, la Iglesia Católica, el Vaticano. Además se tocaban campanillas y una señora cantaba canciones religiosas mediante un megáfono. Destacó también, dentro de los pocos hogares particulares que se visitó, uno compuesto por familias peruanas inmigrantes, lo cual indica una integración de estos vecinos con la fiesta. En total, se entregaron más de 250 comuniones.

Las vestimentas, estandartes, banderas y decoraciones fueron bastante variados debido a la presencia de diversos grupos cuasimodistas. Sin embargo, las diferencias se manifestaban en detalles como el uso de distintos colores de manera secundaria (comúnmente prima el blanco/amarillo del Vaticano), logos con motivos religiosos estampados en banderas, estandartes, esclavinas, pañoletas y decoraciones que identifican a cada grupo y la presencia en mayor o menor medida de prendas ligadas a la cultura huasa.

La expectación de los vecinos fue muy grande. Gracias a la extensa difusión realizada por el municipio y los cuasimodistas, gran cantidad de público salió de sus casas para observar con asombro, fotografiar y hacer registros audiovisuales de la caravana de jinetes y carretones que, en la mayoría de las calles, pasaba por primera vez (al menos desde varios decenios).

A eso de las 2 pm finalizó el recorrido con un animado almuerzo en la Casa de los Cuasimodistas de la Asociación Nacional, ubicada en calle Residencial (Independencia). Aquí, con empanadas y bebestibles se atendió a los cansados cuasimodistas que en gran número se habían trasladado desde comunas fronterizas para dar vida a este Cuasimodo.

Como un hecho positivo, la relación con el municipio, esquiva por muchos años en los que gobernó el Sr. Antonio Garrido, se estrechó para la realización de esta corrida. En la ocasión, la institución cooperó con difusión del evento, personal de seguridad y atención en alimentos/bebidas a los cuasimodistas.


Bibliografía

- Prado, Juan Guillermo. 2012. “Cuasimodo. Carga de caballería a lo divino”. Valparaíso, Ed. Alba.

  • Identificador SIGPA: CC742
  • Fecha de registro: 26-10-2013
  • Tipo: Cultor colectivo
  • Composición: Mixto
  • Comuna: Independencia
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion
Fotografías