Aprendió a tejer con la abuela Candelaria Llaipén, quien era originaria de Chiloé, la acompañaba a recolectar junco a los cerros, en la zona donde actualmente está el vertedero, recuerda haber tenido como doce años. La abuela Candelaria hacía canastos y canoas, pero César se quiso dedicar más a los canastos.
Ella había aprendido a tejer de otras abuelas yaganes. Él tejía y la abuela se los vendía a los barcos de turistas. Actualmente como trabaja no tiene tiempo para ir a recolectar juncos. Su mamá no sabe tejer, pero su hermano sí.
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