Érico Vargas nació el año 1965 en la ciudad de Puerto Montt, Región de Los Lagos. Sin embargo, sus padres vivían en el sector de Aulén cercano a la comuna de Hualaihué en la misma región, localidad donde creció y vivió hasta los veintitrés años. El padre de Érico fue carpintero de ribera en la zona, dedicado especialmente a la construcción de embarcaciones con motor, en la actualidad aún reside en Aulén y no se encuentra trabajando. De su padre, Érico aprendió las principales habilidades y herramientas para desarrollarse en dicho rubro, iniciando su trabajo como ayudante a la edad de dieciocho años.

Érico lleva alrededor de treintaicinco años desarrollándose únicamente en el oficio de carpintero de ribera. De tal forma a los veintitrés años dejó el hogar de sus padres en Aulén para trasladarse a la comuna de Calbuco, específicamente al sector de San Rafael en búsqueda de mejores oportunidades labores como constructor de embarcaciones. En dicha localidad Érico llegó a trabajar al astillero Presler en el cual, trabajando con otros maestros carpinteros, se desempeñó por varios años. De forma posterior, decidió independizarse y trabajar de forma autónoma como lo hace hasta la actualidad. 

En relación al procedimiento de elaboración de una embarcación y forma de trabajar, Érico cuanta con la ayuda de uno de sus dos hijos, quién además se desempeña en otras labores como enfibrar y soldador de embarcaciones frente a las dificultades que enfrenta el oficio de carpintería de ribera. En este sentido, para iniciar la construcción de un bote o lancha, Érico compraba la madera certificada, ya que el trabajo de extraerla por su cuenta del monte era muy duro y complejo. De tal manera, privilegió el uso de madera proveniente de árboles como el Ciprés, Mañío y Coigüe, siendo el Ciprés destinado a la Quilla y el Coigüe a la cuaderna. Frente a dicho escenario, Érico y su hijo construían una embarcación en alrededor de seis meses, entregando el encargo completamente terminado, incluida la instalación del motor. 

En la actualidad Érico continúa desarrollando el oficio de manera independiente, sin embargo, reconoce una serie de problemáticas que dificultan el ejercicio y proyección futura de la carpintería de ribera en la zona. Una de ellas se vincula con la obtención del recurso base: la madera, puesto que cada vez se encuentra más escasa, si bien se ha introducido el uso de madera de Eucaliptus, las características de esta no permiten obtener la misma calidad en la construcción de una embarcación, sirviendo sólo para reparaciones. Una segunda problemática se relaciona con la disposición de espacios destinados particularmente para el ejercicio de la carpintería de ribera en el sector, frente a la dificultad de poder ocupar las orillas de playa específicamente en el trabajo de reparación de embarcaciones. Ante a lo mencionado, Érico considera que la proyección del oficio es cada vez más compleja e incierta.

Érico Vargas se encuentra ejerciendo de forma activa el oficio, enfrentando las dificultades descritas. Tuvo la posibilidad de traspasar sus conocimientos a uno de sus hijos, que se encuentra apoyándolo en el trabajo.