Guillermo Dani Rivera Olivares
Cochrane, Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo

Guillermo Rivera es soguero de la comuna de Cochrane. En el marco de la investigación realizada entre 2018 y 2019, se extraen testimonios y citas biográficas sobre su historia con el trabajo en soga. “Siempre tuve la curiosidad del oficio, pero para aprenderlo de persona a persona tienes que vivir con alguien que sepa, para hacerle las consultas y que te vaya explicando. Yo en el liceo no tenía a nadie que me explicara y tampoco el liceo tenía esa orientación y después estudié algo muy distinto. Pero igual me di el tiempo de buscar tutoriales para aprender y encontré un blog argentino de YouTube que se llama “El rincón del soguero”, donde enseñan las técnicas. Allí aprendí cómo sacar las lonjas, los tientos, como preparar el tiento para un trabajo fino y en 2 o 3 años me fui perfeccionando. Llevo 5 años, empecé como a los 25 años. Me interesé porque desde niño vi trabajos de soguería, monturas, aperos tejidos y trenzados, que me llamaron la atención; indirectamente siempre estuve relacionado, porque vivía en el campo. Por rescate cultural e identidad,también pasión, quise aprender. Tengo un tío que se llama Rosa Maldonado, esposo de una hermana de mi mamá, la Tía Isolina, quien ha trabajado toda la vida en esto. Tengo un juego de soga que se lo compré y me inspiró. Y si bien me enseñó algunas cosas, tiene una técnica que se contrapone a lo que hago yo. El estilo de mis piezas es 99% cuero y ojalá el 100%. En cambio él trabaja en cuero pero también trenza en nylon, entonces combina ambas materias, haciendo cosas preciosas. Me enseñó a sobar y lonjear cuero crudo. Luego, mi amigo CatoTroncoso, con quien compartimos hartas experiencias, me mostró costuras, me explicó cómo hacer cinturones de 6, 8 o 12, con trenzas planas. Me dio aconocer que el cuero de panza de vaca es más fino para cinturones. Con Armando Calderón, de Cochrane, aprendí trabajo fino, que es lo que me gusta, y también con Lisandro Fuentes, con quien estuvimos juntos en la escuela. Él trabaja a gran escala, y hace poco hizo una rastra con cuero de serpiente que trajo de Estados Unidos. Acá hay mucha gente que tiene conocimiento, pero cuesta juntarse, porque nadie se dedica al 100%, entonces la mayoría hace otras cosas, otros trabajos. La soguería es por pasión y el tiempo es reducido. Utilizo principalmente el cuero de chivo, que lo compro o consigo. De allí saco la lonja que le hago un proceso con cal viva y le saco el pelo. Luego, el descarnado y lo estaqueo para después dejarlo secar. Cuando está seco se pueden sacar las lonjas, que puede ser tiras o círculos dependiendo qué técnicas uses para sacar los tientos. El cuero de cordero lo uso para curtido. El de vaca lo utilizo para trabajo en cuero crudo, para curadores maceteros. El de yegüerizo también lo uso para lonjas, pero cada vez es más difícil encontrarlo, porque queda poco caballo, se matan poco. Hay pocas tropillas y los caballos que hay son mansos. Los que llegan al matadero son viejos, están en desuso. Hace años que no veo carnear un caballo y chivo hay poco, porque es muy dañino con los frutales y las siembras; la oveja es más rentable.  Es difícil traspasar conocimiento en talleres, porque se necesita demasiado recurso en herramientas y materiales. Puedo, por ejemplo, hacer 50 tientos y enseñarles a 10 jóvenes, pero necesitaría 10 leznas, 10 desviradoras y 10 sacatientos. Igual lo puedo hacer con una herramienta, pero ya no va a ser lo mismo. Para aprender es necesario seguirlos pasos minuciosamente. La otra forma es llevar tutoriales y que vayan siguiendo, pero igual van a necesitar las herramientas. Sin práctica, no funciona. El otro obstáculo es el interés, porque los cabros más jóvenes a lo mejor van a tener un interés reducido y sólo se va a motivar aquel que tiene un acercamiento con el campo, ha visto el trabajo y le gusta. Pero interés de un santiaguino, lo dudo, a menos que tenga ganas de conocer la cultura patagónica. Este es un oficio que queda entre las 4 paredes de tu casa. No se traspasa mucho fuera de la casa. El primer requisito es que te guste y apasione, porque los conocimientos se van adquiriendo, y luego traspasar el conocimiento, compartir con los viejos y otros sogueros. En tejido de tientos y trabajo de cuero crudo de ternero, he hecho mates, fundas de cuchillos, llaveros de souvenir, aros, anillos y pulseras de tientos. Mi especialidad es tratar de lograr trabajo fino tejido de tientos y, en cuanto a objetos, la mayoría souvenires. Lo que me gustan son las costuras de bordes, y la que más me gusta hacer es una propia que no sé si estará documentada, pero la saqué de algo que vi del 1 al 5, y la mezclé, modificándola. También me gusta el botón retejido,de dos colores, mezclar. Hay muchas variaciones que se pueden ir experimentando. Mi idea es que no se note dónde comienza, cuál es el inicio. También hago aros combinando técnicas, con botones retejidos, que han tenido buena recepción. He vendido harto y yo, al menos, no he visto otros aros de tientos.Todo eso tiene un valor agregado, más allá de lo comercial”.

Guillermo Rivera es un soguero joven, que aprendió de miembros de su familia, que es de tradición soguera. Sabe fabricar piezas tradicionales, pero ha explorado la innovación en nuevos productos que han funcionado comercialmente en eventos esporádicos, sólo en temporada estival. Tiene una visión crítica del oficio, del rol que cumplen las entidades públicas, el municipio, el traspaso generacional, los orígenes, la historia, las problemáticas que lo afectan y genera propuestas para su continuidad. No se ha vinculado con las instituciones, ni ha traspasado el oficio, pero sí señala que comercializa ofreciendo sus productos, aunque más valioso para él es regalar: “Es más valioso regalarle algo a un buen amigo que ganar 10 mil pesos. He intercambiado cueros por trabajos también. Son trueques de amistad”.

  • Identificador SIGPA: CI3731
  • Fecha de registro: 26-12-2020
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Cochrane
  • Region: Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo
Ubicacion