Mario Alberto Saldivia Saldivia
Quellón, Los Lagos

Mario Saldivia Saldivia nació el año 1974 en un sector rural cercano a la localidad de Ancud, Isla de Chiloé, Región de Los Lagos, actualmente radicado en Quellón. Su cercanía e inicios en el oficio de la carpintería de ribera se vinculan directamente con su padre, también carpintero de ribera, de quien aprendió las principales técnicas y procedimientos para la construcción de embarcaciones. A los doce años, Mario ya se encontraba ayudando a su padre en las distintas tareas que le asignaba, desde la acompañarlo en la recolección de madera hasta la realización de terminaciones. En tal escenario, a los dieciséis años deja la escuela para dedicarse por completo a trabajar en el taller con su padre: “ahí empecé a trabajar con el ayudando al tema del fuego, en la madera, y nos hacía hacer trabajos que él no hacía po en ese tiempo no había herramientas eléctricas en el campo entonces las tablas había que cortarla a serrucho así que ese era trabajo de nosotros, del tema de partir las tablas a serrucho, dimensionarlas, hacer todo lo que es la terminación de afuera, pulirla, estoparla, enmasillarla, ese era el trabajo de nosotros”. 

El padre de Mario fue un carpintero de ribera reconocido en la zona, ya que durante aquella época realizar una embarcación era de tanta utilidad a la comunidad como hacer un auto, era el único transporte que había. De esta forma, Mario aprendió de la disciplina y rigurosidad de su padre, de su orden con las herramientas y el dedicación al trabajar en cada una de las etapas de construcción de una embarcación. Dicho proceso iniciaba con la obtención de la madera necesaria, la cual iban a buscar al monte y bajaban con bueyes. Luego Mario aprendió la utilización de cada una de las herramientas y sus funciones, ya que es “la herramienta la que hace al maestro”. Así también aprendió a elaborar los clavos y pernos de cobre necesarios para la embarcación, ya que en aquel periodo no eran materiales de fácil acceso, por lo cual había que hacerlos manualmente. Mario aprendió de su padre que en la carpintería de ribera se debe ser responsable, detallista y trabajar con dedicación y buenos materiales, esforzándose por siempre entregar un buen producto: “para mí el trabajo sea un bote chico de dos metros, sea una lancha de doce, es el mismo, y el respeto de la persona que lo manda, es el mismo”. 

El proceso de construcción de una embarcación incluía también una celebración al momento de la botadura, se llamaba a un cura para que pudiese bautizar al bote o lancha, los dueños escogían padrinos, y se realizaba un asado al que asistía toda la comunidad que participaba en el proceso de trasladar la embarcación desde el lugar donde fue construida, por lo general campo, hasta la orilla de la playa. “Toda la familia y la comunidad, todos, porque no había tractores no habían camiones para sacar la embarcación, entonces todo lo que eran los vecinos con sus yuntas de bueyes para arrastrar la lancha para llevarla a la playa, porque igual era retirado donde estaba, entonces para hacer todo eso, claro después llegaba el cura, estaba el bautizo de la embarcación porque no se podía botar la lancha el agua mientras no lo bauticen por un montón de cosas”. 

Fue así como Mario a los catorce años construyó su primera embarcación, un bote de ocho metros utilizado para la extracción de loco. Sin embargo, su mayor desafío vino después, cuando le solicitaron realizar una lancha de doce metros, terminada completa, con las cabinas y los motores instalados, en la cual se demoró cuatro meses. Posteriormente, junto con su padre se embarcaron y se dedicaron por un tiempo a la navegación y pesca, sin embargo, luego de que Mario contrajo matrimonio decidió dejar el trabajo de pesca, para quedarse en tierra firme dedicándose por completo a la carpintería de ribera, y así también poder pasar más tiempo en su casa. 

En la actualidad, Mario continúa ejerciendo el oficio, construyendo, reparando y manteniendo embarcaciones, incluso desarrollando trabajos completamente equipados: “las embarcaciones las entrego con mueble, me buscan harto para hacer todo lo que es terminación, yo he entregado lanchas como una casa, completitas, esta con todos sus papeles, con revista, con baño, cabina, cocina a gas, cocina a leña, refrigerador, camarote, todo, televisores, instalación de luz (…)” Para tal propósito utiliza principalmente madera de árboles como el Coigüe, Mañío, Tenío y Ciprés, por la resistencia y durabilidad que le entregan a la embarcación permitiendo que se mantenga navegando por décadas. Por tal razón la madera debe provenir de árboles adultos, pues de lo contrario si es madera nueva se pudre rápidamente y la embarcación se estropea, así también debe ser extraída durante el periodo de luna menguante, que asegura madera firme y que no se quebrará. 

Mario señala que existen numerosas diferencias en el desarrollo del oficio cuando él inició y en la actualidad. La primera de ellas se relaciona con el recurso de la madera, antes se privilegiaba la búsqueda de formas y curvas naturales de madera en los bosques mientras hoy se realizan utilizando las distintas herramientas disponibles. Así también la obtención de madera de árboles nativos es cada vez más compleja, por la escasez y restricciones que se han aplicado. Razón por la cual, se ha empezado a utilizar madera de Eucaliptus o también a colocar fibra, sin embargo, dichos materiales no aseguran la calidad de la embarcación. Por otro lado, cuando el se inició en la carpintería de ribera el trabajo se realizaba solamente con herramientas manuales, la construcción era completamente artesanal por lo cual se demoraba más. En cambio, en la actualidad se utilizan diversas herramientas eléctricas, que permiten disminuir los tiempos y dar mayor detalle y acabado a la embarcación. De la misma forma, la obtención de materiales y herramientas hoy es más accesible que antes, donde incluso debían construir sus propios clavos como se mencionó anteriormente. 

Actualmente Mario se dedica a diversas actividades de la carpintería de ribera, desde la reparación y mantención a la implementación de equipamiento en las embarcaciones, trabajando extensas jornadas y descansando cuando logra terminar el trabajo que le solicitaron, sin embargo, reconoce que hoy se ha perdido de cierta forma la veta artesanal del oficio: “Lo que era el trabajo antiguamente artesanal, en este momento, yo creo que no hay ningún astillero artesanal que haga ese trabajo que se hacía antes, porque no se tu antes hacían en el año con suerte hacías una lancha de 12 metros, en el año, pero prácticamente esas embarcaciones ni se estopaban, pero ahora no se po tú en el año, hay astilleros que estén sacando 6, 7 embarcaciones grandes, pero enfibradas”.

Mario Saldivia se encuentra ejerciendo el oficio, realizando reparación y mantención de embarcación, construyendo nuevas y equipando con cabinas, mueblería y motores cuando se lo solicitan.

  • Identificador SIGPA: CI3875
  • Fecha de registro: 10-11-2021
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Quellón
  • Region: Los Lagos
Ubicacion