Olga Ganga Arriagada nació en la comuna de Caleta Tortel, Región de Aysén; y junto a su esposo Cirilo Zúñiga, oriundo de una localidad cercana a Tortel se desempeñan trabajando la madera en la elaboración de tejuelas. La incursión por parte de Olga en este rubro emerge en base a la necesidad de trabajar, como también de un aprendizaje a partir de su esposo, quien se desarrolló en el seno de una familia con tradición en el rubro. En tal sentido, Cirilo aprendió mirando y ayudando a su padre quién también fue tejuelero, a realizar las tejuelas y astillas para la construcción de viviendas, que en aquel periodo eran todas hechas en base a este producto.

La inserción de Olga en el oficio de la tejuelería se desarrolló una vez que se casó con Cirilo. Si bien en su familia también se desempeñaba el oficio, no tuvo la posibilidad de aprender de su padre, ya que éste sólo traspasó sus conocimientos y saberes a sus hermanos. De tal forma, Olga aprendió posteriormente de su esposo, quien la incentivó a aprender el oficio, comenzando su incursión luego de que su hijo menor terminara el colegio, por el año 2002, “después yo solita ya, aprendí todo lo que había que hacer en las tejuelas”. Es así como Olga y Cirilo se dedicaron a la fabricación de tejuelas, tablas, y postes de madera.

Durante el proceso de aprendizaje Olga menciona que le costó agarrar los metanes y usar la macheta,como también enfrentó la dificultad de armar los paquetes, ya que las tejuelas tienen un peso no menor, pero con el tiempo lo logró dominar, para poder después entregar y vender paquetes de cincuenta tejuelas amarradas con pita de cáñamo. El proceso de elaboración iniciaba cuando Olga y Cirilo, subían juntos al monte abuscar la madera, cruzando el Lago Negro para llegar al bosque, en busca de cipreses muertos para hacer postes o tejuelas. De tal forma, si bien no se quedaban a alojar como otros tejueleros realizan, sí dedicaban el día completo.

De tal forma el trabajo se realiza en conjunto con la serie de herramientas con que cuentan: motosierra chica, la macheta, el hacha y el combo. Así, Cirilo corta los trozos, y ayuda a Olga a partir los metanes, y de ahí ella empieza a hacer las tejuelas. Así también Cirilo continúa con la elaboración de los postes, tablas o tablones,dependiendo del pedido que les hayan realizado. Posteriormente deben empaquetar los trabajos y bajar el producto al hombro “lo hombrea uno, y de ahí se embarca, en la embarcación”. En este sentido, Olga opta por la realización de las llamadas tejuelas partidas, preocupándose de no partir el palo al revés porque puede salir quebrada, como también tener cuidado con que la hebra esté derecha siendo esto más importante que el diámetro del árbol, aun así, ella menciona que estas son las cosas que se aprenden con la práctica.

Olga y Cirilo reciben numerosos pedidos, incluso los van a buscar al campo para solicitarles algunos trabajos. De esta manera, sus tejuelas han sido utilizadas en construcción de las plazas de Cochrane y Guadal, para las casetas, y también para hacer casasde otras localidades. Es así como Olga agradece poder haber tenido la posibilidad de dedicarse a este rubro, por lo cual se ha preocupado de enseñara sus hijos e hijas, incluso a sus sobrinas y nieta.  Recordando cómo salía a maderear con sus hijos e hijas, incluso una de sus hijas actualmente es tejuelera. En la actualidad la proyección del oficio es compleja, si bien, la familia ha ayudado, mencionan que hay poco interés por aprender, ya no hay gente que quiera trabajar en el rubro. Situación también atribuible a la serie de dificultades que la fabricación de tejuelas debe enfrentar, principalmente vinculadas al acceso a madera.

Olga Ganga trabajando en conjunto con su esposo se encuentran aún en ejercicio del oficio, teniendo además la posibilidad de enseñar sus conocimientos y técnicas a numerosos miembros de su familia, teniendo incluso una hija dedicada a la elaboración de tejuelas.