Riola Irolanda Castro Sandoval
Chillán, Ñuble

La cerámica negra de Quinchamalí está presente en la memoria de casi todos y todas. Los registros históricos señalan que entre 1601 y 1602 se construyó el fuerte Quinchamalí para proteger la ciudad de Chillán, fundada en 1580. Ambos lugares fueron desocupados debido al constante asedio mapuche. Con la segunda fundación de Chillán en 1664, Quinchamalí comenzó a florecer como pequeño poblado agrícola. Durante la Colonia la zona era habitada por pehuenches y mapuches, que dejaron sentada la fama de hábiles artesanos alfareros, por lo tanto, la tradición alfarera de Quinchamalí es tan antigua como el pueblo mismo. De estudios de los años 50 se desprende que aún se conservan intactos los 17 pasos del largo "proceso de la greda" que heredaron "de los antiguos". 

Riola Castro, artesana de Quinchamalí, luchó incansablemente por mantener la tradición y trasmitirla a la comunidad local. Durante el año 2012—en el marco de un proyecto Fondart— fue parte de una investigación cuyo eje central fue la cerámica negra de Quinchamalí y su vínculo con otras manifestaciones de la cultura nacional. Es sorprendente conocer su modo de producción y también su lucha por salvaguardar este patrimonio que se ve amenazado por los avances tecnológicos y la rapidez del mundo contemporáneo. Una de las particularidades de la producción alfarera de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca es el no uso del torno y su negativa a introducirlo en su sistema de trabajo. Este punto específico le otorga un especial valor a cada pieza ya que ellas dependen únicamente de la destreza de sus propias manos. Riola Castro fue guardiana de estos saberes, dedicando su vida entera a la fabricación de la greda negra, prueba de ellos son las más de 30 piezas que el Museo MAPA tiene en su antigua colección del año 1956, trabajó por más de 60 años en este oficio y fue un testimonio vivo de uno de los pueblos alfareros más importantes y reconocidos de nuestro país. 

El trabajo de Riola Castro es especialmente relevante ya que realiza objetos figurativos representando a personajes del mundo rural en diferentes actitudes. Estas escenas nos permiten saber cómo era la vida antiguamente en esa localidad. Tuvo un especial vínculo con la emblemática Praxedes Caro con quién aprendió a trabajar y también como a través de los años ella le enseñó a su hija Teorinda y a muchas de sus sobrinas. Por otros relatos de las mismas alfareras, muchas de ellas manifiestan haber aprendido de su tía Riola o simplemente de la Riola Castro. Riola Castro hasta sus últimos años, diariamente —invierno y verano— entraba a su taller, una pequeña mediagua con un fuego siempre humeante en el suelo y se disponía a trabajar a pesar de su artrosis y dolores de pierna. Sentada en una pequeña silla, ella realizaba el proceso completo de la fabricación de la greda negra, sus hábiles manos aún desarrollaban 14 de los 17 pasos técnicos de la fabricación de las piezas, si bien había dejado de recoger y pisar la greda por ser una actividad que sus piernas ya no podían realizar.

 

  • Identificador SIGPA: CI2539
  • Documentador: Nury González Andreu
  • Fecha de registro: 10-11-2015
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Femenino
  • Comuna: Chillán
  • Region: Ñuble
  • Fallecido (15/07/2019)
  • Cultora destacada 2013
Ubicacion
Fotografías