Zunilda del Carmen Lepin Henriquez
Temuco, La Araucanía

Zunilda Lepín Henríquez es originaria de la comunidad de Lumahue en la comuna de Nueva Imperial. Vive actualmente en la comuna de Temuco, donde es dueña de Tradiciones Zuni, un restorán de comida campesina, donde solo se venden alimentos orgánicos, libre de químicos y transgénicos. Es reconocida como una de las personas más gravitantes en la revitalización del trafkintu, ceremonia mapuche en la cual se resalta la importancia del intercambio de semillas, mediante un rito que en el pasado caracterizó a esta cultura, cuando aún el dinero no reemplazaba al intercambio como forma de mercado.

El trafkintu tiene cuatro etapas: yeyipún, o rito inicial, en que se ofrendan semillas antes de ser intercambiadas y se presentan quienes participaran en el intercambio, su lugar de proveniencia y el de las semillas o especies que traen para el intercambio; el trafkin, intercambio propiamente tal, en el cual se permutan semillas, plantas y saberes; misawün, o momento de la comida compartida; y purrún, o instancia de diálogo y acuerdos. Es un sistema social y económico basado en la reciprocidad, la interdependencia y la concordia entre diferentes personas, grupos familiares y comunidades, en el que se vela por la distribución apropiada de alimentos, semillas y otros productos afines. Pero el trafkintu es mucho más que eso; también es el proceso cultural por el cual la semilla circula de un territorio a otro, potenciando el cruce de derivas genéticas de unas localidades con otras, enriqueciendo el genoma de una especie y dando origen a diversas variedades dentro de la misma.

La casa de doña Zunilda se encuentra ubicada a los pies del cerro Ñielol, en medio de la ciudad de Temuco. Allí posee una huerta de más de treinta años de antigüedad, con una dimensión no mayor a 5 mil m², en la que cultiva diversas especies comestibles. En su huerta tiene muchas plantas, no hay un orden, porque antes no se usaba eso, es un huerto campesino, donde coexisten diferentes plantas comestibles, ornamentales y medicinales, pero ella sabe el lugar exacto donde esta cada una de sus plantas, conociendo sus usos y beneficios.

A doña Zunilda siempre le han gustado las huertas y jardines, por lo que asiste a intercambios y trafkintus a nivel local, nacional e incluso internacional, para tener nuevas semillas que plantar y recuperar algunas que ha perdido. Ha traído semillas de distintos lugares, por ejemplo, de Brasil trajo el poroto bombero. También tiene nísperos aceitunas, cerezos, nogal, guindo, canelo, canela, etc., además de plantas medicinales como salvia, menta, congona, entre otras, conociendo todos sus usos. La importancia de las curadoras de semillas, según la señora Zuni, radica en las prácticas dañinas que rodean a los campesinos y los alimentos que consumimos, por eso hay que resguardar las semillas antiguas, esas que no han sido intervenidas, ni que se les aplican químicos en las siembras, para prevenir enfermedades.

Para cosechar las semillas estas deben estar secas, y debe guardarlas en un lugar oscuro, utiliza bolsitas de papel y de harina para guardar las semillas y que no se humedezcan. Planta en cada oportunidad que puede. En invierno dice ella, es más frecuente que haya trafkintu para aprovechar las patillas y renuevos. Después viene la siembra de legumbres en septiembre y octubre junto con los almácigos, luego los trasplantes y la cosecha, donde se aprovecha de guardar las semillas y recomenzar el ciclo.

La señora Zuni identifica a Monsanto como una amenaza para las semillas y las curadoras de semillas, pero no solo eso, sino que una amenaza para toda la humanidad, para la salud y la soberanía alimentaria de los pueblos. Aun así, aunque estén amenazados, ella considera que hay fuertes movimientos a nivel internacional que están luchando por la conservación de la biodiversidad y la soberanía alimentaria, por la libertad de las semillas. Uno de esos movimientos y donde ella participa es la Red de Semillas Libres del Wallmapu.

Gracias a la propuesta gastronómica de comida campesina y saludable de su restaurant “Zuny Tradiciones”, ella contribuye a hacer frente a los riesgos de manipulación genética y pérdida de identidad por inscripción extranjera de semillas, constituyendo una práctica significativa en el ámbito de la sustentabilidad.

Reconocimiento Tesoros Humanos Vivos 2015


Zunilda Lepín, distinguida como Tesoro Humano Vivo, ha jugado un destacado rol en la lucha por la soberanía alimentaria a través de la actividad del trafkintu o cuidado, cultivo e intercambio de semillas. Con esta solidaria práctica, Zunilda y otras mujeres mantienen viva la milenaria tradición de preservar la variedad genética de la agricultura local.

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