Madre de siete hijos, inició a temprana edad a pastorear, desde los nueve años se iba con el ganado de su familia al campo y se quedaba tres días en el altiplano hasta que al ganado le daba sed y bajaba junto a los animales. Explica que ésto fue por muchos años, hasta que cumplió 18 años donde se casó. Por tiempo dejó de pastorear hasta que compró unas llamitas en el interior de Arica y las pastoreó en el Territorio Andino de Toconce. Aprendió a faenar llamas para autoconsumo y capar los machos. También es artesana de lana, realiza bajadas de cama y mantas con lana de llama. Actualmente ya no pastorea tanto porque ha tenido pérdidas en el campo abierto y gran parte de su tiempo cuida a sus nietos. Actualmente cuenta con 20 cabezas, las cuales tienen corral y pastorea más en el sector de Puntas Negras de Toconce. Su identificación de llamas es un collar con lanas de colores vivos. Se dedica a la agricultura también usando el guano de sus llamas. En el territorio de Puntas Negras ha confeccionado nuevas terrazas de cultivo de papa, alfalfa, entre otras especies tanto para consumo humano como para la ganadería camélida.