Desde los 5 años de edad desempeña el rol como pastor, ya que su familia le enseñó el manejo de pradera y forraje. Trasladaba a los llamos desde temprana edad a los campos quedándose en las estancias habilitadas en él, y llegó a tener más de 100 cabezas entre llamo y cordero. 

Don Pedro Yufla recuerda que su padre tuvo llamos cargueros, los cuales cargaban yareta y azufre para bajar a la ciudad a realizar trueques. Identifica a sus llamas con un corte en la oreja en el lado izquierdo, tradición familiar y para diferenciarlas con las llamas de sus hermanos y/o vecinos. También aprendió de su madre a castrar a los machos y atender partos. Habla de la herencia de sus ancestros a él y sus hermanas, cuenta que antes llevaban todos juntos las llamas al campo.Por otro lado, utiliza el güano de sus animales como abono natural para fertilizar su campo y huerta, y las grandes “lonjas” que se forman en las pilas de güano las utiliza para quemar y hacer cerámica típica de los alfareros de Toconce. Actualmente tiene 22 llamos, teniendo más nacimientos de las razas Thampulli y K’ara. Hasta el día de hoy, sigue con la tradición de pastoreo libre, estando presente como depredador principal el puma.