El colectivo de Alfareras y Alfareros de Pomaire tiene una gran experiencia, entendida esta como la capacidad de ser experto en un oficio aplicado de una manera práctica. Las alfareras y alfareros de Pomaire tienen conocimientos excepcionales en el proceso de elaboración de la greda, los que son ampliamente conocidos. La alfarería en Pomaire ha consolidado una identidad propia, convirtiéndose en uno de los productos artesanales más reconocibles de nuestro país. En 2012 fue reconocida por el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual con un sello de origen.

Durante el siglo XIX y buena parte del siglo XX las mujeres fueron las únicas depositarias del legado de la alfarería, pero la modernización y mecanización de la producción en el mundo rural provocó un vuelco de los hombres hacia este oficio, principalmente a partir de la década de 1980.

La especialidad de las alfareras y alfareros de Pomaire está determinada y se manifiesta por la tipología de las piezas elaboradas y su calidad. En ese sentido, la gente identifica espontáneamente los objetos de greda con el pueblo de Pomaire, y por ende, con sus alfareros y alfareras, más que con cualquier otro pueblo que realice manifestaciones vinculadas con la elaboración de objetos de greda.

Las formas utilitarias son los objetos que representan de mejor manera la continuidad de la producción alfarera de Pomaire. Hay piezas muy emblemáticas que han tenido continuidad en la producción a pesar de los cambios de tecnología que ha sufrido, estas son generalmente las que tienen una función dentro del rubro de los alimentos, tales como: ollas, azafates, budineras, pailas, salseras, platos, tazas, entre las más conocidas.

Otra especialización que persiste, pero más escasamente, son las miniaturas. Aquí encontramos loza (teteras, ollas, etc.) en miniaturas, reproducciones de la cocina a leña, el tradicional chanchito alcancía en diferentes tamaños, los pesebres y una variedad de animales.

La especialidad de las alfareras y alfareros de Pomaire está determinada y se manifiesta por la tipología de piezas elaboradas y su calidad. En ese sentido, la gente identifica espontáneamente los objetos de greda con el pueblo de Pomaire y, por ende, con sus alfareros y alfareras, más que con cualquier otro pueblo que realice manifestaciones vinculadas con la elaboración de objetos de greda.

Este colectivo tiene una gran experticia y conocimientos excepcionales en el proceso de elaboración de la greda, los que son ampliamente reconocidos. A saber:

1.- Reposado: se deja reposar la arcilla por un lapso de dos a tres semanas para estabilizarla antes de comenzar a trabajarla,
2.- Amasado: con este proceso se distribuye la humedad y las demás partículas en forma más homogénea y se sacan las burbujas de aire que puedan tener en su interior, lo que puede provocar explosiones durante la quema y se obtiene una arcilla más maleable
3.- Armado: Se da la forma al objeto mediante el modelado manual o con ayuda del torno manual o de pie.
4.- Mateado: Con este proceso se empareja la superficie de la pieza con un trozo de calabaza o de goma (hawaiana). Este proceso se realiza especialmente en las piezas modeladas en el torno de pie.
5.- Orejado: Agregar elemento anexo al cuerpo principal de la pieza que caracteriza la forma final, como patas, colas, orejas y cara a los chanchos; asas a las pailas, a las tazas y ollas.
6.- Desgredado: Adelgazar el grosor de la pieza, especialmente en objetos como las ollas, budineras, fuentes, vasos y similares. Esta acción es realizada con trozo de metal delgado a modo de cuchilla, especialmente en las piezas realizadas en el torno de pie.
7.- Callaneado: Emparejar mejor la superficie de la pieza. Para esta acción se utiliza un trozo del borde redondeado de una pieza de cerámica ya cocida que se aplica con agua para obtener una superficie más pareja. 10
8.- Alisado: En esta parte del proceso se alisa la superficie previamente emparejada, ahora con un instrumento más suave como es una piedra de rio, de forma redondeada, también es utilizada con agua para un mejor alisado.
9.- Oreado: Se deja secar la pieza hasta que se logre una consistencia firme. El tiempo de secado depende de la temperatura ambiente.
10.- Pulido en seco: una vez lograda la consistencia de la pieza ésta es sometida nuevamente a otro proceso de bruñido, esta vez es con una piedra ágata muy lisa, se pule la superficie hasta lograr un brillo que da el último acabado.
11.- Secado: Se deja secar nuevamente para que pierda el resto de la humedad que aún contiene, quedando de un color más claro, y con mayor dureza.
12.- Cocido: Una vez secada la pieza es llevada al horno para su cocción. Una vez lograda la temperatura de cocción las piezas se dejan enfriar en el mismo horno y ya están listas para ser limpiadas del polvo y cenizas y luego transportadas a su destino. Durante el transcurso de la quema las piezas adquieren un color rojizo, propio de la arcilla pulida y cocida. El horno es de ladrillos con revoque de barro y llama directa.
Existe un paso más que es optativo, porque se refiere a un acabado ornamental y que le confiere un tono más oscuro. Si se la quiere dejar de color rojizo, el proceso termina en este paso.
13.-Ahumado: una vez la temperatura ha bajado algunos grados se introduce en el compartimiento del fuego el material para el ahumado, puede ser bosta de animal o paja de trigo, que al contacto con las brasas que quedan producen una combustión que producen un abundante ahumado que tiñe las piezas que están en el horno, otorgando un tono negruzco y un acabado parejo a la superficie total. Finalmente se deja enfriar y ya está listo para sacar del horno, limpiar del polvo y sacar a la venta.

(Descripción de los procesos de elaboración realizado por la investigadora María Celinda Rodríguez)