Club de Huasos Cuasimodistas de Conchalí
Recoleta, Metropolitana de Santiago

Antecedentes biográficos:

Se cree que Conchalí fue parte del recorrido de un Cuasimodo desde el siglo XIX. En la parroquia de la Estampa (actual Independencia), existe información histórica de la realización de esta festividad al menos desde 1889 (Prado, 2012: 30). Esta corrida habría abarcado todo lo que era el barrio “La Chimba”, el cual abarcaba desde Mapocho hacia el norte. En 1942 los cuasimodistas de esta zona debieron cambiar su centro organizativo hacia la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes (El Salto con Valdivieso), año en que se tiene registro histórico de su práctica: Hoy saldrán pintorescas y bulliciosas procesiones de las parroquias rurales de San Miguel, Renca, Quilicura, Conchalí, Colina y otras, en las cuales se conservan intactas las tradiciones de nuestros antepasados (Ibíd: 56). Este gran Cuasimodo de la zona norte santiaguina recorrió parte de las comunas de Conchalí, Huechuraba, Recoleta e Independencia hasta inicios de los años noventa. En el año 1951, el investigador del folclor don Oreste Plath consignaba:

Típica es la fiesta de Cuasimodo en el pueblo de El Guanaco de la comuna de Conchalí, donde se celebra una misa de campaña. Más de doscientos guasos montados escoltan el coche del Santísimo Sacramento magníficamente ataviado. A la cabalgata de guasos, se le agrega un desfile de camiones y carruajes (Ibíd: 60-61).

Gracias a este relato, podemos enterarnos del uso de vehículos con motor (camiones) a principios de la segunda mitad del siglo XX, al menos.

Don César Abarca comenzó a correr en el año 1962 con 14 años. En sus inicios como cuasimodista la zona que recorrían aún tenía características mayormente rurales en su extensión. Por esos años partían de Las Mercedes, transitaban Valdivieso, cruzaban por Recoleta hasta El Salto para llegar hasta Einstein con Guanaco; de ahí tomaban Independencia, Pedro Fontova, calle Quilicura pasando por El Cortijo para salir nuevamente a Independencia hasta Cardenal Caro y rematar con Plaza La Palmilla, Principal, San Burgos, Rosende, Recoleta, Población Santa Victoria, Av. El Bosque, La Herradura y por El Salto hasta la parroquia nuevamente. La mayoría de los caminos eran de tierra. Diario “El Mercurio” reportaba algunas características de esta corrida en abril de 1970 y 1971:

En la parroquia de la Merced de El Salto se inició ayer una de estas caravanas. Multicolores mantas huasas y tintineantes espuelas identificaban a los 150 integrantes del Club de Huasos de Conchalí… Más allá las rojas chaquetillas de los jinetes del Santiago Paperchase Club, cuyo recinto está enclavado en ese sector. (…) carruajes engalanados con flores y banderas, cientos de ciclistas y todo tipo de vehículo motorizado formaron ayer abigorradas y bulliciosas caravanas en diversos sectores de Conchalí, El Salto, Recoleta (…) (Ibíd.: 67).

La corrida estaba integrada por un gran número de carretones ya que muchos de los participantes eran ferianos que utilizaban este medio de transporte para su trabajo. Por esos años, la gente solía vestir su manta huasa y pañuelos de variados colores en la cabeza que acentuaban el colorido da lo columna, lo cual cambió paulatinamente a la esclavina desde el año en que se conformó la Asociación Nacional (1975), momento desde el cual se propuso ésta como la vestimenta oficial. En el caso de la aparición de la esclavina ésta debería su diseño a la emulación que se hace del traje de un obispo (lo cual de un carácter más religioso) y a lo caluroso de la manta huasa para correr a pleno sol. Por su parte, el pañuelo se homogeneizó en el color blanco. Este atuendo proviene de la necesidad de protegerse del sol y del polvo, en combinación con la imposibilidad de usar sombrero por respeto al Santísimo. Conchalí fue innovador al introducir el uso de enormes banderas portadas por los jinetes de avanzada (chilena y papal), especialmente el puntero o guía quien encabeza la caravana. El ejemplo conchalino habría aportado para la difusión de esta práctica hoy fundamental y masiva, en cuanto tamaño de la confección y forma de portar dichos emblemas.

Como vemos también en el relato citado más arriba, Cuasimodo en Conchalí y hasta el día de hoy es asumido por el Club de Huasos preexistente en la zona (además de la participación, por esos tiempos, del club de equitación Paperchase), adoptando sus miembros con gran seriedad su condición oficial de cuasimodistas, por lo cual incluso luego cambiaron el nombre de su organización incorporando a Cuasimodo (hoy se llaman Club de Huasos Cuasimodistas).

La “Corrida a Cristo” en Conchalí sin duda ha sido una de las más vistosas y populares en la RM, lo cual podemos constatar en la apreciación que hace en 1973 diario “El Mercurio”:

(En El Salto) el “correr a Cristo” fue seguido por carrozas adornadas con flores, escoltadas por feligreses con turbantes y decenas de bicicletas también vistosamente engalanadas (…) En las otras comunas también hubo similares demostraciones de fervor religioso y festivo, aunque sin alcanzar el tradicional brillo de El Salto (Ibíd: 69).

En el año 1993 la creciente población y extensión urbana de la zona norte hacía muy difícil que un solo Cuasimodo la recorriera. Por esto, Conchalí y Huechuraba se separan y crean una corrida para cada comuna. Después de la división de este gran Cuasimodo antiguo, la gente de Conchalí optó por seguir utilizando la parroquia de Las Mercedes (ubicada en la comuna de Recoleta) como punto de inicio y término de su corrida, debido al gran arraigo que existía con este lugar y con el recorrido recoletano.

Desde 1942 la festividad se ha realizado sin interrupciones desde parroquia de las Mercedes, exceptuando dos periodos. Entre 1987 y 1990 un Padre se contrapuso a la festividad proclamando que provocaba un desorden en la pastoral de enfermos, ya que los incapacitados para acudir a la iglesia no querían comulgar más con los Ministros de Comunión que acuden a sus domicilios durante el año, sino sólo querían hacerlo con el Padre a la usanza de Cuasimodo. Debido a este quiebre parcial con la parroquia, los cuasimodistas debieron organizar la misa utilizando un camión municipal en plena calle, celebrada por el Vicario. La corrida no se suspendió, sólo se desligó temporalmente de La Merced. Distinto fue el caso a finales de los años sesenta, cuando Cuasimodo de Conchalí fue prohibido por las autoridades civiles de la época debido al desorden social que provocaba, sobretodo, la ingesta desmedida de alcohol en las calles. Esta prohibición se arrastró durante tres años, siendo los únicos en que no se ha realizado la corrida desde la conformación de Cuasimodo en Conchalí.


Antecedentes de la especialidad o práctica:

Cuasimodo en Conchalí tiene como principal objetivo acompañar la entrega de la Comunión por parte del sacerdote a los feligreses que no pudieron comulgar en Semana Santa por estar enfermos y/o postrados, durante el domingo siguiente al de Resurrección. Para esto se organiza una gran comitiva de jinetes, carretones, bicicletas y vehículos motorizados en torno a la carroza oficial que transporta al cura. Esta caravana se ordena en bloques según tipo de vehículos y va deteniéndose al momento que el Padre entrega la Comunión en los hogares de la gente y en la vía pública. En el camino se produce un jolgorio religioso con campanillas y gritos de pleitesía a Cristo, Dios, la Iglesia Católica, el sacerdote, entre otros.

Hoy, el recorrido se realiza desde la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes (comuna de Recoleta), donde se junta la comitiva temprano por la mañana (8 am). Después de una misa, comienza la corrida a eso de las 9 am. Se trata de cuasimodistas/corredores provenientes de Conchalí en su gran mayoría, sin embargo, una característica especial que tiene este Cuasimodo es que la composición de la caravana no se condice exactamente con el recorrido que realizan. Es escaso el trecho correspondiente a la comuna de Conchalí por donde se desplazan entregando la Comunión, siendo territorio de Recoleta el que más recorren. Esto se explica por la proveniencia histórica de este Cuasimodo (ver antecedentes biográficos). Los cuasimodistas conchalinos se niegan a cambiar su punto de inicio y el recorrido en pos de un eventual acercamiento a su comuna, optando por respetar los tradicionales que se heredaron desde el pasado.

El sacerdote hace numerosos llamados desde la Cuaresma para que las personas inscriban a sus enfermos en vista de Cuasimodo. Luego, existe una “comisión de enfermos” (integrada por cuasimodistas) que se encarga de ubicar y determinar en dónde se dará la Comunión, haciendo anteriormente un recorrido a pie para verificar la existencia y condición de salud del enfermo, viendo si éste podrá comulgar o bien su estado sólo le permitirá recibir una bendición (ha habido casos en que la persona muere días antes incluso).

El estimado de participantes el año 2013 fue: 350 bicicletas, 300 jinetes, 47 carretones y muchos vehículos motorizados que se anexan durante el recorrido. Además, este Cuasimodo provoca una gran reacción en los vecinos y los transeúntes del recorrido, sumando cientos de espectadores que llegan a esperar horas en las calles por ver el espectáculo.

La mayoría de los cuasimodistas de la comuna son feriantes, algunos de los cuales aún conservan carretones como alternativa para trasladar sus productos a las ferias, mientras otros los han mantenido especialmente para correr Cuasimodo. Para la festividad invierten gran cantidad de tiempo, talento y dinero en adornarlos con alcurnia. Uno de los ornamentos favoritos son las flores. Es común que en la mañana del domingo cuasimodista la “pérgola de la flores” de Avenida La Paz esté absolutamente desabastecida gracias a la compra en masa para “Correr a Dios”. Hacer un buen arreglo floral a un carro puede costar al menos $80.000. El resto de los adornos, todos principalmente centrados en los colores blanco/amarillo del Vaticano y en los colores del pabellón chileno, son guirnaldas, ramas de palmera, globos, flecos, imágenes religiosas, etc.

El recorrido principal es: desde Valdivieso cruzan Recoleta; se llega a Einstein con Guanaco para tomar Pablo Urzúa hasta Luis Johnson, luego Pérez Cotapos, Independencia, Las Palmas, Pedro Fontova hasta Plaza la Palmilla y después por Principal (Ignacio Carrera Pinto). En este transcurso, además de numerosos hogares particulares, se visitaron en 2013 tres hogares de ancianos. El número total de Comuniones entregadas habría superado las cien.

En Einstein con Guanaco se lleva a cabo un acto bastante especial para la corrida. Los hijos de la Sra. María (Q.E.P.D), siguiendo con la tradición impulsada por su madre, colocan un escenario en la calle con un muñeco de trapo de dimensiones humanas que representa a Judas (el apóstol que traicionó a Jesús según el Nuevo Testamento), el cual es quemado en el momento que la corrida pasa por el lugar. Ahí, el padre baja de su carroza y realiza una bendición. Otra detención importante es en Principal con Gambino. En ese lugar, a eso de las 2pm, el Santísimo es colocado en una pequeña capilla mientras el Padre almuerza en un Restaurante. El resto de la comitiva también aprovecha este momento para alimentarse en familia, en sus mismos carretones, en la calle o las inmediaciones. Luego continúan su larga travesía, la cual en 2013 finalizó a las 5:30 pm aproximadamente.

La mayoría de los cuasimodistas conchalinos han asumido los colores papales (blanco y amarillo) para su esclavina y pañuelos. Otros colores utilizados para las esclavinas son el rojo y el morado. Varios jinetes y carretones llevan como elementos principales grandes banderas del Vaticano y Chile.

Don César lleva 51 años corriendo a caballo. Hoy es el presidente de la organización y, como es costumbre para tal cargo, asumió el liderato en la última corrida arriba de su caballo. Esta función consiste en vigilar la ejecución de la corrida corriendo por fuera de ésta una y otra vez desde la punta hasta la retaguardia, cerciorándose que las comisiones de orden designadas para cada grupo hagan su trabajo, que los ritmos sean convenientes, que no se provoquen accidentes, etc.

Como hemos señalado, transitan en este Cuasimodo gran diversidad de vehículos. Dentro de ellos, aparte de la carroza del cura, destaca un “coloso” (carro de grandes dimensiones) tirado por caballos donde se lleva a ciertas autoridades durante la corrida (municipales, eclesiásticas, etc). Durante el año este gran carro cumple funciones fúnebres específicas, ya que es una tradición para esta organización, en el caso de morir uno de sus integrantes, enterrarlo a la “usanza de Cuasimodo”. De esta manera, el “coloso” transporta el ataúd con el fallecido, siendo escoltado por sus compañeros en formación cuasimodista hasta el cementerio. Gracias a un permiso especial otorgado por el Cementerio General, el acompañamiento a caballo se realiza hasta el mismo patio en que será enterrado el finado.

La familia es una institución clave para Cuasimodo. En Conchalí han llegado a correr cuatro generaciones a la vez. La tradición señala que la transmisión de estos conocimientos y del gusto por correr la festividad se realiza de padre a hijo. Don César ha conocido gran cantidad de corredores que, hoy fallecidos, tienen a sus hijos, nietos y bisnietos como fieles representantes de esta pasión. Además la participación es transversal en la fiesta: normalmente “la señora” adorna el carretón y prepara los atuendos con la ayuda de sus hijos(as) mientras el marido se preocupa de tener a punto los caballos y sus aperos. En algunas ocasiones familias con estrechos vínculos sanguíneos se unen en estas tareas.

La manera de comprender y vivir la religiosidad católica por parte de una gran mayoría de corredores de Cuasimodo en Conchalí es bastante especial. Se trata de personas que asisten muy poco a misa (sólo en ocasiones especiales), pero que igualmente guardan una relación cercana con Dios basada en rezos, plegarias, peticiones, etc., que realizan en solitario, en la intimidad del hogar. Muchos de ellos en esos momentos comprometen su participación en Cuasimodo a manera de manda, promesa y/o retribución a Dios, no escatimando gastos con tal de acompañar al Santísimo con la mayor belleza y alegría.

La actual organización es una fusión entre el Club de Huasos y Cuasimodo. Se nos señala que se trata de “dos organizaciones en una”. Sin embargo, esta condición es asumida separando muy bien los dos ámbitos de acción: el huaso y el religioso. Se trata de los mismos miembros, pero son capaces de concentrar sus acciones por cada temática, una a la vez. A las fiestas huasas se acude con la vestimenta y la actitud mundana de un buen huaso; a Cuasimodo se asiste con la pañoleta, la esclavina, concentrados en correr al Santísimo. Por esto, el día de Cuasimodo no realizan ninguna actividad extrareligiosa (folclórica, ecuestre, etc.). Por lo demás, no les alcanzaría el tiempo ni las energías tras una larga jornada de corrida. Siguiendo también esta disciplina religiosa, para efectos de Cuasimodo se juntan en un salón dependiente de la parroquia, lo cual figura como requisito en los estatutos de la Asociación Nacional.

La relación con la municipalidad en la actualidad es muy buena, otorgando esta institución toda la ayuda que han pedido los cuasimodistas. Con el párroco de Las Mercedes (Carlos) también existe una estrecha y positiva relación. Él participa activamente de las reuniones de la organización y el día de Cuasimodo procede con mucha calma, dedicación y felicidad. Por otra parte, se ha creado un lazo de cooperación con la Junta de Vecinos de las calles Pablo Urzúa – Luis Johnson, la cual consiste en la ornamentación con gran esfuerzo de las calles y jardines por parte de los últimos. Organizacionalmente, pertenecen también desde hace poco a la Asociación Nacional de Cuasimodo.

Los cuasimodistas de Conchalí participan de otras actividades y procesiones religiosas durante el año, donde destaca la fiesta de Cristo Rey a finales de noviembre, donde se marcha y cabalga toda una noche hasta el Santuario de Santa Teresita en Auco. También asisten al Templo de Maipú los primeros domingos de septiembre para agradecer/pedir por el año agrícola y reverenciar a la Virgen del Carmen, ocasiones en que han llegado a reunirse más de tres mil jinetes y quinientos carretones cuasimodistas de todo Chile, en su mayoría de la RM.

Un problema grave para Cuasimodo de Conchalí en la actualidad y en los últimos decenios ha sido el avance de la urbanidad y el “progreso” en general en la zona. Esto se refleja fundamentalmente en la imposibilidad creciente de mantener caballos por propia cuenta de los cuasimodistas (en sus casas o terrenos). Hoy en día, deben pagar por talaje en praderas ajenas más al norte (Lampa, Colina y otras) o bien comprar un caballo especialmente para correr Cuasimodo y luego venderlos a mitad de precio. La alta demanda en la víspera de Cuasimodo eleva los precios de estos animales, para luego bajar drásticamente la semana posterior debido a la sobreoferta que provocan centenares de cuasimodistas que necesitan deshacerse de sus equinos. Otro problema, quizás el más grave que podría presentársele a Cuasimodo, es la negación del sacerdote a realizarlo, como sucedió entre los años 87 y 90 (ver antecedentes biográficos). Sin embargo, al menos al mediano plazo, no se visualizan problemas con la cabeza parroquial.


Bibliografía

- Prado, Juan Guillermo. 2012. “Cuasimodo. Carga de caballería a lo divino”. Valparaíso, Ed. Alba.

  • Identificador SIGPA: CC869
  • Fecha de registro: 11-11-2013
  • Tipo: Cultor colectivo
  • Composición: Mixto
  • Comuna: Recoleta
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion