Cuasimodo San José Obrero de Lo Espejo
Lo Espejo, Metropolitana de Santiago

Antecedentes biográficos:

Cuasimodo de Lo Espejo comienza sus actividades el año 1985 bajo la tutela del Padre Osvaldo. En sus inicios estaba conformado exclusivamente por el grupo de catequesis, siendo un conjunto mayoritariamente infantil de ciclistas que organizado por los mayores de la parroquia y en compañía del cura salía todos los domingos posteriores a Pascua de Resurrección a repartir la comunión por los barrios que corresponden a San José Obrero (un recorrido bastante extenso). Los adultos disponían de una camioneta para trasladar al sacerdote, la cual era escoltada por los niños en bicicleta y algunos automóviles adornados con globos y serpentinas de colorido vaticano (blanco con amarillo). Presentaban pañoletas blancas en las cabezas que distinguían como cuasimodistas al pequeño grupo de catequistas, sus familias, parroquianos y algunos vecinos interesados. Con el paso de los años fue una alegría para los organizadores observar como algunos niños ex catequistas, ya jóvenes, se acercaban a la parroquia para seguir participando de la corrida.

Hace 4 años este Cuasimodo dio un giro considerable, al anexarse un vasto grupo de feriantes de la comuna. Estos pequeños comerciantes agrícolas que recorren las distintas ferias de Lo Espejo vendiendo sus productos contaban con bastante experiencia en Cuasimodo, habiendo participado con sus carretones de trabajo y caballos principalmente en la corrida de Peñalolén y en otras comunas. Ellos, como suele acontecer con ciertos grupos de corredores más ligados a las manifestaciones populares que a la religiosidad formal, son personas que no tienen ligazón concreta con la Iglesia, no participan a menudo ni asisten a misa con regularidad, sino vuelcan toda su fe, creencia e ímpetus católicos hacia el día de Cuasimodo (Resurrección de Cristo, fin de la Cuaresma), participando con especial dedicación.

Un día, don Miguel, representante de los ferianos se acercó a la parroquia y contactó a don José Epuñán (uno de los principales coordinadores de la corrida) con el objetivo de realizar un Cuasimodo en conjunto. Su planteamiento era simple y directo: habiendo observado que una pequeña pero entusiasta caravana se organizaba año a año desde la parroquia local, ellos consideraban que siendo espejinos era pertinente aprovechar esta instancia en vez de trasladarse gran cantidad de kilómetros para correr en otras comunas. Ante esto, la posición de don José y la parroquia fue fraternalmente integradora, aceptando el desafío de engrosar considerablemente el grupo, no sin antes tener algunas aprensiones por lo compleja que podría resultar la nueva y masiva presencia de carretones y caballos. ¿Sería aquello peligroso, por ejemplo, para los niños ciclistas?

Es así como 2009 sería testigo de una nueva forma de Cuasimodo en Lo Espejo. El grupo parroquial sólo podía imaginar el impacto que tendría la participación de los feriantes; imaginación que fue sobrepasada por la realidad cuando en la madrugada de Cuasimodo se dieron cita en la parroquia decenas de carretones engalanados con gran dedicación y densas columnas de jinetes vistiendo a la usanza de huaso cuasimodista (esclavina y por debajo vestidura de huaso, con pañoleta en la cabeza). El espectáculo era conmovedor. También lo fue el hecho de que por primera vez el cura fuera trasladado en una hermosa carroza propiedad de los feriantes. La corrida fue todo un éxito. Los caballos al ser mansos se comportaron muy bien, mientras el colorido y la presencia huasa complementaron la religiosidad del grupo parroquial que con alegría decidió que esta unión perduraría en el tiempo.


Antecedentes de la especialidad o práctica:

Como es tradicional para la festividad, Cuasimodo en Lo Espejo tiene el objetivo principal de entregar la Comunión a enfermos y/o ancianos que por estar postrados no pudieron comulgar durante Semana Santa. De esta manera, cada domingo posterior al de Resurrección se congrega en la parroquia un grupo que vistiendo a la usanza de la celebración, con pañoletas y esclavinas blancas con amarillo y utilizando los vehículos que tienen a mano, acompaña al cura en esta misión.

La comitiva recorre oficialmente el territorio que corresponde a la parroquia San José Obrero. Según los distintos hogares que se visitan año a año, se van recorriendo diversas calles de la zona, todo enmarcado por trechos/hitos principales: calle Azteca; 6 Poniente; Unión Ferroviaria; callejón Lo Ovalle; capilla Padre Hurtado; la feria; Lo Espejo Antiguo. Esta última zona ubicada hacia el sur de la comuna, en cercanía a Américo Vespucio, marca un hito bastante especial ya que se trata de un territorio externo a la parroquia que fue anexado debido a que la mayoría de los ferianos que participan viven allí, teniendo familiares o amigos enfermos que es necesario visitar. Esta masiva visita se vio facilitada por la venia que ambos párrocos dieron hacia la flexibilización de sus fronteras parroquiales.

El recorrido es diseñado por don José Epuñán, quien crea un mapa estudiando previamente la forma más conveniente de abordar las casas de los enfermos. Los puntos donde se debe entregar la Hostia son los que exclusivamente sirven para el diseño y son otorgados por los ministros de Comunión de la parroquia, quienes durante el año atienden a numerosos ancianos y/o enfermos en sus casas. Don José asume también el rol de guía en la corrida, desplazándose en un automóvil en la punta de la caravana, marcando la ruta, detenciones y órdenes de marcha hacia el resto de los grupos posicionados más atrás.

La cita es a las 8 am para celebrar una misa de envío, para luego, a las 9 am aproximadamente largar la corrida. La columna se organiza de la siguiente manera: en la punta el automóvil con el guía; luego la carroza que traslada al cura con su escolta; los niños y jóvenes ciclistas; más atrás un gran camión para trasladar gente cedido por el municipio, donde va la amplificación y el grupo del coro que entona canciones; luego los más de 30 carretones que se presentaron el último año y los jinetes. Este último grupo que utiliza caballos se desplaza más atrás de los ciclistas para evitar cualquier accidente y es organizado/resguardado por los feriantes, quienes internamente definen sus líderes y maneras de operar luego de una reunión de coordinación con el grupo parroquial (donde se marcan las pautas generales de la corrida). Cierran la caravana los vehículos motorizados, que incluyen tractores y camiones donde se suben numerosas personas que no tienen medio de transporte.

La participación de los feriantes utilizando carretones adornados con banderas (chilena y papal), guirnaldas, globos, flores, imágenes religiosas, etc., se entiende desde su propio trabajo cotidiano. Son estos mismos vehículos de tracción animal los que utilizan muchos de ellos para ir a comprar productos a La Vega y a otros centros de acopio que luego trasladan a ferias de Lo Espejo. En ellos los feriantes corren acompañados de sus familias y de tener espacio trasladan también a gente que no tiene vehículo y en el momento quiere participar de la corrida. Es de remarcar también el esfuerzo que hacen por mantener a sus animales de tire, los cuales guardan en casas especiales de sus vecindarios.

Gran importancia tiene para la corrida también la presencia de un buen número de jinetes que son externos a la comuna, principalmente provenientes de zonas más al sur de la región como Linderos, Buin y otras. Ellos son parte del grupo de feriantes cuasimodistas (corrían con ellos desde antes en Cuasimodos como el de Peñalolén) y dan un matiz rural a la caravana, presentándose con caballos (los cuidan todo el año en sus zonas rurales) y vestimenta huasa bajo la esclavina. Algunos incluso acuden con su chupalla, aunque la mayoría lo hace con pañoleta o pañuelo común amarrado a la cabeza. Ellos se encargan de portar grandes banderas de Chile y El Vaticano.

Dentro del grupo de jinetes (que también está compuesto por espejinos feriantes) destaca una gran cantidad de niños, algunos muy pequeños, que se desplazan acompañados por sus padres huasos montando sus propios caballos. Primos, hermanos, nietos, etc., confluyen en este encuentro que toma ribetes intergeneracionales. Este factor familiar/generacional se observa también desde el origen catequista que tiene la corrida, entusiasmando muchos niños ciclistas a sus padres para que acudan acompañándolos en sus autos ornamentados.

El aporte en número de personas y experiencia cuasimodista que ha otorgado los últimos 4 años el grupo de feriantes ha contribuido también a que la caravana sea capaz de visitar un mayor número de hogares y de manera más rigurosa (contando siempre el cura con su escolta, por ejemplo). Al ser un grupo numeroso, han podido dividirse en subgrupos que visitan a fondo distintos pasajes de la comuna a los cuales antes no alcanzaban a ingresar de buena forma, delegando a los ministros de Comunión parte de la tarea sagrada. Es importante señalar también que estos espejinos externos a la parroquia introdujeron de manera masiva la vestimenta típica de Cuasimodo (esclavina y pañoleta) al igual que algunas típicas manifestaciones como el toque de las campanillas que avisan la venida de la caravana y los gritos o rezos que consecutivamente se vociferan: “¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva la Iglesia Católica!....”

En 2013 se entregaron un aproximado de 60 Comuniones. Además de los hogares anteriormente inscritos, el Padre da la Hostia a numerosas personas que en el momento salen a su encuentro, o bien que por medio de terceras personas contactan a la comitiva en el camino. Los hogares que son visitados disponen un altar en la vereda sobre los cuales se ubican imágenes religiosas y adornan sus frontis y rejas con globos, guirnaldas, flores, ramas de palmera, etc. Esto es una señal que simplifica bastante el trabajo del guía. Además, la caravana cuenta con una persona que a través de un megáfono avisa personalizadamente a los hogares la cercanía del grupo, con lo cual las personas del hogar se preparan y salen a recibirlos. Para el futuro, el grupo parroquial pretende hacer campañas de difusión buscando que todos los vecinos por donde pasa la comitiva adornen sus hogares, haciendo más vistoso el recorrido. En este sentido, para no confundirse, las casas que deben ser visitadas debieran tener un arreglo especial (el altar suele marcar la diferencia).

Después de que el cura oficia el proceso de comulgar al interior de los hogares, cuando sube nuevamente a la carroza, se disponen bailarines en la calle que ejecutan un pie de cueca cada vez. Estos huasos y chinas, feriantes y campesinos vestidos cuidadosamente, dan un cariz folclórico a la fiesta al son de la música interpretada por grupos invitados, el coro de la parroquia y/o utilizando material envasado por los altoparlantes. Se unen al baile también algunos animosos vecinos, siendo una instancia muy atractiva para la comunidad.

Alrededor de las 2 pm finaliza la corrida, lo cual puede prolongarse o acortarse según el número de hogares visitados. Como finalización el grupo parroquial dispone bebidas y alimentos atractivos para los niños, realizándose una breve convivencia para luego las cansadas familias retirarse a sus hogares. Por su parte, los ferianos organizan grandes almuerzos utilizando un salón para eventos prestado por la parroquia en los cuales se sirve abundante comida (han llegado a preparar una vaca entera) para luego dar paso a un animado baile con presencia incluso de orquestas y cantantes. Este evento es organizado con antelación, al menos de medio año, y con gran dedicación por los trabajadores de la feria que con su propio dinero hacen posible esta instancia de celebración cúlmine por el objetivo logrado de Correr a Cristo.

La relación entre la parroquia y los feriantes e incluso, más personalizadamente, entre el párroco y estos trabajadores ha sido muy fructífera, lo cual se manifiesta también en que año a año el cura principal de la parroquia en unión con la gente de la feria acuden al encuentro cuasimodista de Maipú en honor a la Virgen del Carmen, en sus carretones caballos y carroza.

Cuasimodo de Lo Espejo no tiene relación con la Asociación Nacional, aunque algunos de sus miembros feriantes anteriormente integraron esta red. El municipio se ha hecho parte facilitando amplificación y un coloso para la corrida, entre otras cosas. Suelen hacerse presente también en la corrida uno o dos concejales que se preocupan que todo esté en orden y de haber algún problema solucionable a nivel municipal no dudan en actuar.

La corrida se encuentra en un proceso de crecimiento. Cada año son más los participantes, tanto de la parroquia como de los feriantes, que se reúnen para correr a Cristo. Esto ha creado la necesidad de contar con mayor seguridad y más organización a nivel logístico para evitar cualquier problema. Con este objetivo, el grupo parroquial ha pedido la ayuda del municipio y de Carabineros, quienes los últimos años se han hecho presentes en el resguardo del orden y seguridad. En esta razón de crecimiento, el grupo está dispuesto a incorporar a un pequeño Cuasimodo que se organiza desde la capilla María Madre (territorio de la parroquia San José Obrero) e incluso podría estudiarse la posibilidad de correr a nivel de decanato, integrándose oficialmente otros territorios parroquiales. Ante esto, los más entusiasmados son los feriantes, quienes mientras más larga sea la jornada de corrida en sus carretas y caballos más felices son.

  • Identificador SIGPA: CC827
  • Fecha de registro: 04-11-2013
  • Tipo: Cultor colectivo
  • Composición: Mixto
  • Comuna: Lo Espejo
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion