Los hermanos Clodomiro y Dagoberto Marilicán Lindsay son artesanos de la localidad de Llanco en la comuna de Ancud, Isla Grande de Chiloé. Su especialidad es la cestería en fibra de quilineja (Luzuriaga radicans), una planta trepadora que crece en los bosques templados de la provincia de Chiloé. Aprendieron este oficio de sus padres Don Juan Marilicán y Doña Ángela Lindsay. La Sra. Ángela, que fue una cestera que destacó por la confección de piezas ornamentales, falleció en 2004. Por su parte, don Juan Marilicán trabajó junto a sus hijos hasta el día de su deceso, el 15 de agosto de 2016. Él aprendió a tejer la quilineja de su madre, quién confeccionaba diversos artefactos para comercializarlos en Ancud.

La familia Marilicán distingue dos clases de quilineja, la fina y la gruesa, las que se encuentran asociadas a diversas especies de árboles nativos. La quilineja fina es utilizada para la confección de pequeños artefactos, y la quilineja gruesa es utilizada en artefactos utilitarios como escobillones, escobas y canastos.

Actualmente la quilineja se encuentra en un estado de preocupante escasez, debido a la acelerada destrucción del ecosistema en el cual se desarrolla, el bosque nativo de Chiloé. “Antes habían montañas de quilineja. Ahora ya no hay nada ya, todo lo han rasao (…) Porque se cortó, lo cortaron (…) Lo largaron fuego, lo quemaron” (Juan Marilicán, en Museo Regional de Ancud 2007). La escasez de la materia prima ha disminuido, a su vez, la producción del trabajo de cestería en quilineja.

Para su recolección, la quilineja se tira desde el nacimiento del tronco del árbol, despegándola de él en forma circular ascendente, siguiendo el recorrido de la enredadera. Posteriormente se limpia, sacándole la vegetación adherida por medio de golpes con una vara especialmente preparada para este fin, terminando el proceso de limpieza con las manos. Una vez limpia, la quilineja recolectada se estira en el suelo y se ordena poniendo todos los ataos juntos desde la raíz, luego se comienza a enrollar para formar finalmente un rueda.

Los artefactos de quilineja de uso tradicional son: Sogas, Oreste Plath identifica dos tipos de sogas: Alar, sogas torcidas o trenzadas para atar animales, y Veta, cabos utilizados para amarrar embarcaciones; Cercos, antiguamente se hacían cercos de varas entrelazadas con quilineja; Escobas y escobillones, para su elaboración, según “Cloro”, "tras la recolección es necesario estirar los ataos y reunirlos todos con la raíz hacía abajo, para que luego sea cortada, despuntada con el hacha, y de ahí se iría midiendo lo que se necesita”; Canastos, Clodomiro Marilicán distingue entre las “canastas”, que tienen un solo tomador, y los “canastos”, que poseen dos tomadores.

Los artefactos de quilineja de uso ornamental son denominados como “fantasías” o “lujos”, por los Marilicán. Entre ellos encontramos pantallas, bandejas, teteras, mates.

Debido a la gran importancia de esta tradición artesanal familiar, el domingo 27 de mayo del año 2007 se le entregó a don Juan Marilicán el premio “Defensa del Patrimonio Cultural de Chiloé”, otorgado por la Red de Cultura de Chiloé.

Fuente: Museo Regional de Ancud, 2007. Folleto de la exposición “La Quilineja y la Familia Marilicán”.

Reconocimiento Tesoros Humanos Vivos 2016

Se entrega el reconocimiento por el trabajo permanente e integral que ha realizado en la cestería de la fibra vegetal de quilineja, para usos utilitarios y ornamentales; por la transmisión y custodia de los saberes asociados al bosque y la «cultura de la madera» que identifica el modo de vida de la sociedad chilota; por el valor patrimonial, artístico y ecológico de esta expresión de la técnica cestera campesina que mantiene entre sus saberes, una forma de relación con el ambiente que contribuye a preservar una materia prima en peligro de extinción, con vinculación a la sacralidad y tradición oral; por el respeto a las formas y técnicas tradicionales y por la impronta familiar de la técnica con que los cultores han aportado a esta tradición ancestral.