Alberto Saldivia Águila nació en la península de Lacuy, en la Isla de Chiloé, Región de Los Lagos. Criado por sus abuelos, desde pequeño estuvo en contacto y cercanía con el mar y sus tradiciones: “yo de niñito me gustó mucho el asunto del mar, los botes, las lanchas, veía mucho andar en embarcaciones y siempre estaba de metido de que algún día podía aprender a hacer embarcaciones”. Viviendo en un sector rural, alcanzó a cursar hasta cuarto básico en una escuela que queda alejada de su casa, posteriormente se quedó completamente en el campo, más aún cuando en el año 1959 falleció su abuelo y tras el terremoto de 1960 la situación se volvió más compleja.

Alberto tuvo sus primeros acercamientos al oficio de carpintero a partir de la observación: “Yo empecé a la edad de 13 años a tratar de aprender viendo a otras personas como construían embarcaciones. En esos años era muy escaso ver construir embarcaciones porque no había maestros así como ahora que en todos lados hay... Había uno o dos, y nada más”. De tal forma, interesándose cada vez más en dicho que hacer, fue el único de su familia que decidió aprender a construir embarcaciones. En este sentido, quien le enseñó fue un profesor de la Escuela de Artesanos de la Armada, Francisco Cárcamo Mansilla. Trabajó como su ayudante.

Tras el sismo y maremoto de 1960, la mayoría de las embarcaciones de la zona se perdieron y destruyeron, razón por la cual la demanda de lanchas y botes aumentó a tal nivel que Alberto construyó su primera embarcación teniendo catorce años.

Las primeras labores que Alberto desarrolló como ayudante correspondieron a la búsqueda de la madera necesaria para la embarcación: “las primeras tareas era reunir madera, palos chuecos en el monte. Salía cuando tenía tiempo, después que se hacían las labores en la casa me iba, o los días sábados o domingos… Iba a buscar uno odos palitos chuecos, los dejaba por ahí, que se vayan sacando. Después habíaque aserrucharlos, labrarlos a hacha, e irlos cortando”. También tenía que hacer el fuego y ordenar las herramientas que Francisco le solicitaba. De forma posterior le asignaron labores asociadas a los detalles y terminaciones de la embarcación, como pulir y estopar cada borde del bote o lancha, de modo tal que cada vez se fue entusiasmando más con el que hacer del carpintero de ribera.

El maestro de Alberto, no solo le enseñó las principales etapas y procedimientos para construir una embarcación, también le traspasó la disciplina que un carpintero debe tener en su trabajo, el orden y cuidado a los detalles en cada construcción, junto con la importancia de contarcon las herramientas adecuadas: “Él me decía que para ser buen maestro tenía que conseguir herramientas. Y llegué a poseer muchas herramientas, porque medecía: mira, lo que tienes que hacer con un hacha, no lo puedes hacer con otra herramienta tienes comprarte un hacha, comprarte un serrucho, comprar tu cepillo, un montón de herramientas, formones, limas, todas esas cosas que hacen falta”. De esta forma, Francisco le entregó a Alberto su primera plantilla para poder realizar el esqueleto de una embarcación, además le regaló herramientas que no ocupaba en el taller tan equipado y ordenado que tenía.

De tal forma, Alberto fue aprendiendo hasta que estuvo listo para desempeñarse de manera autónoma, paralo cual construyó una pequeña bodega. Las paredes eran de madera y techo de junco, en la cual trabajó durante seis años. Posteriormente pudo construirse un taller más grande: “Y después ya hice un galpón grande con maderas buenas…Y ahí empecé a trabajar fuerte en puro bote chico, bote de cinco metros, cuatrometros y medio, ese era el bote que era vendible en esa fecha”. En tal escenario, la construcción de embarcaciones que realizó Alberto no era, según describe, la forma tradicional ya que: “e ltradicional hace la plantilla y después empieza a poner una tabla y después prepara otra tabla, y así va. Yo no, yo preparaba todo el entable y después yo sabía cuál era la primera, la segunda, la que va al medio”.  Alberto inicia la construcción con el diseñode la embarcación mediante la planilla de la estructura, prepara la madera, configura la serie de piezas totales que necesitará y una vez que cuenta con ellas procede a ensamblarlas y unirlas, tal como un rompecabezas.

Alberto ha construido diversidad de embarcaciones, recuerda con especial apreció las lanchas veleras que realizó a partir de madera de Ciprés y Alerce utilizando solo clavos de cobre, en tiempos en que no había restricción para el uso de tales maderas. Fueron embarcaciones hechas de maderas duras, para soportar la carga y el clima de lazona. Una vez que la embarcación estaba lista se desarrolla el bautizo: “Esa ceremonia era bonita, era un bautizo. Era realmente un bautizo como se bautiza a un ser humano, a una guagua”. La ceremonia era liderada por un fiscal, persona encargada en zonas rurales de ayudar en el desarrollo de misas y festividades o funerales, se escogía a los padrinos de la embarcación y se procedía a comenzar con la ceremonia de bautizo “se bautizaba con el agua bendita tal como se bautiza una guagua, con una ramita y con jarroncito con agüita bendita,y se bendecía la embarcación”. Altérmino se felicitaba a los dueños de la lancha o bote y se realizaba la celebración que era dirigida por los padrinos y los invitados que entregaban sus aportes y cooperaciones para dicha reunión a la que acudía toda la comunidad.

 El bautizo de una embarcación era un ainstancia que congregaba en una celebración a todas las personas que trabajaron para la realización de ella y a la comunidad loca. Alberto recuerda con especial afecto la botadura y minga de una lancha en la que participó siendo niño: “esa bota fue la que me marcó en mi vida de niñez porque se demoró todo un día y se celebró mucho, y participó mucha gente, mucha gente con vecinos con yuntas [de bueyes]”. Buscaron grandes cantidades de madera, trabajando solo con herramientas manuales, así también el esfuerzo fue grande para hacerle el camino a la embarcación para que pudiese llegar al mar, cortando árboles y pasando por el campo. Por lo cual la celebración involucró a toda la comunidad frente aquel acontecimiento.

A lo largo de su trayectoria como carpintero de ribera, Alberto ha podido traspasar sus conocimientos de carpintería a sus dos hijos, desde que tenían once años comenzó a instruirlos en el oficio de la construcción de embarcaciones. Cuando llegaban del colegio se iban a ayudar a realizar las embarcaciones y de a poco fueron aprendiendo las técnicas y la práctica de la carpintería. Incluso ya siendo mayores, Alberto y sus hijos han participado de proyectos y fondos CORFO para la construcción de embarcaciones.

Una de sus preocupaciones es la pérdida del oficio por la falta de recursos madereros y las prohibiciones del uso del borde costero, ya que hoy en día este espacio que fuera utilizado por los carpinteros de ribera se encuentra restringido. Antes se ofrecía la madera porque había en abundancia, en la actualidad el recurso es escaso y de menor calidad y para la fabricación de embarcaciones se necesita madera en buen estado, por lo que obtenerla genera costos elevados que no siempre se pueden costear.

Indica que en estos días se está barajando la posibilidad de trabajar el fierro por la escases de madera “porque cuesta mucho, sale muy caro, si usted empieza a sacar cuentas cuánto le va a salir un fierro y cuánto le va a salir en madera, está bordeando que sale más, sale más caro en madera que en fierro”.

En la actualidad, Alberto reside en la ciudad de Quellón. Con una larga experiencia y amplios conocimientos se siente orgulloso de ser carpintero de ribera “para mí es un orgullo haber sido carpintero de ribera, porque yo también fui buzo, fui pescador, carpintero, agricultor, osea, he pasado por todo, uno haciendo distintas cosas. Y como le digo, es una pega muy bonita”. Su trabajo le ha permitido tener una vida tranquila, además de desempeñarse en otras labores sin abrumarse.

En la actualidad Alberto continúa desarrollando el oficio, aunque en menor intensidad. Tuvo la oportunidad de traspasar sus conocimientos y saberes a sus dos hijos, de los cuales, uno se dedica a la carpintería de ribera.