A pesar de que el tejer estuvo presente anteriormente en su familia Ana aprendió a tejer desde los 45 años, primero witral, y solamente hace un año aprendió a elaborar prendas con trarikan, de parte de Dominica Quilapi, Noemí Peña y así otras tantas tejedoras de las cuales ha podido aprender.

Aunque su cercanía al elemento es relativamente reciente, conoce tanto la técnica como los significados que tienen los distintos diseños, así también como los conocimientos de necesarios para obtener la materia prima.

Ana es orgullosa de ser tejedora y ha encontrado en el oficio una manera de conocer y hacerse parte de sus raíces, le es sumamente importante que los productos que hace vayan acompañados del conocimiento cultural que estos poseen.

Ana Navarro se dedica principalmente a la reproducción del oficio, aunque manifiesta su interés en enseñar. Sin embargo, como su aprendizaje de la práctica textil del trarikan es reciente y considera que aún no puede transmitirlo, pues no es experta.