Bernardita Gallardo Gallardo, es locera del sector de Pilén Alto. En el marco de la investigación realizada entre 2018 y 2019, se extraen sus citas biográficas sobre su historia como locera. “Yo tendría mis 12 años cuando aprendí ahacer así y la regalaba. Como a los 20, ya vendía mi loza. De enseñar no, yo de enseñarle no, a la hijas no más, aprendieron ellas. A otras personas, no, a estas alturas que ya estoy, no, no, a estas alturas yo hago lo mío no más y es poquito lo que estoy haciendo. Esto es importante, me siento bien, porque cuando no estoy en mi trabajo, me siento que hallo largo el tiempo y así me entretengo y sé que con eso me va a llegar mi platita, con el trabajo que estoy haciendo, me siento bien. Es especial porque encuentro que me siento bien, me siento alegre con lo que hago, independiente que mis huesos me duelan tanto, mis brazos, las rodillas, hasta donde Dios me tenga no más, pero mi trabajo siempre lo voy hacer, a mi alcance. Este trabajo fue una gran ayuda, como le digo, éramos los dos con mi viejo, él hacía su trabajo de él y yo el mío. Éramos unidos, así obrero, carbonero, entre los dos trabajábamos hasta que salimos adelante con los niños. Sí, por eso estoy agradecida de mi Dios que me ayudó para eso, hay que conformarse con lo que Dios nos da. Es que ese es el recuerdo que a uno les queda, que uno fue sana y trabajamos de esto, agradecida, porque me dieron esta oportunidad en mi trabajo y yo empecé de 12 años y así, ya me fui para arriba”.
Bernardita formó parte de la Agrupación Loceras de Pilén como socia, pero luego tuvo que dejar de participar debido auna enfermedad de su marido que duró 4 años y le impidió asistir activamente a las reuniones. Ha transmitido el oficio a sus tres hijas que se desempeñan como loceras, quienes son parte de la generación más joven que se dedica a cultivar el oficio.
Loceras de Pilén reconocidas Tesoro Humano Vivo 2012.