Carlos Martínez es fabricante y vendedor de mote de maíz (motemei) desde los ocho años de edad. Hereda el conocimiento del oficio de su abuelo, quien, a su vez, era tercera generación de moteros en la ciudad de Valparaíso. De la tradición familiar, se aprende la confección íntegra del producto, desde el tipo de grano que es la base del alimento, pasando por la calidad de la leña que es necesaria para una buena cocción, hasta el envasado del mote en medidas exactas para las recetas en que es usado en cocina casera. De la misma manera, hereda y conserva el modo de venta del producto, el cual es ambulante nocturno y bajo la figura del pregonero, que promociona el producto mediante un canto característico que exalta las virtudes del alimento. En ese sentido, la vestimenta ocupada actualmente, es la misma usada en el año 1950, que resalta la condición de vendedor de un alimento popular. Su condición de ambulante nocturno se reafirma con el uso de un farol de vela, el mismo usado desde el año 1940, año en que aproximadamente 14 moteros trabajaban en Valparaíso.

Todo lo relacionado con la preparación del producto, así como la forma de venta y la vestimenta actual del motero, obedece a la misma estética empleada desde el sXIX, cuando la venta del mote es las calles de las ciudades está en su pleno apogeo y el mote de maíz es parte fundamental de la dieta de invierno, como acompañamiento del recetario popular chileno. El motemei, al ser un alimento estacional y con un proceso de elaboración largo ( apróximadamente 6 horas de cocimiento), siempre se vendió de noche, a fin de garantizar la frescura del producto y la necesidad de haber sido preparado el mismo día que es consumido. Tradicionalmente, el horario de venta era posterior a las 18:00hrs. ya sea mediante puestos callejeros de venta en lugares de alta afluencia de público, así como mediante el recorrido ambulante nocturno.

En este sentido, ya son 45 años en que Carlos Martínez ha desarrollado el oficio de Motero, siendo el último en su oficio que queda en la Zona Central de Chile y el único que vende su producto bajo la figura del pregonero, esto es, venta de noche, siempre acompañado con el farol con que alumbra su camino y que, además, permite identificarlo desde lejos. La identificación del personaje con su oficio es tan estrecha, que Don Carlos es conocido popularmente con el nombre del producto. "el Motemei". Carlos Martínez es el último exponente de una manera de venta que fué característica de nuestra sociedad y que asociaba de manera inmediata a un personaje con un producto determinado.

Su pregón: ¡Mote'e mei, pelao el meyo, calentitoooo!

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