La presente descripción del trabajo de Crispín Castillo Castillo como tejuelero de los bosques de Aysén, forma parte del archivo oral perteneciente al proyecto Beca de Creación Literaria 2011.

Crispin S. Castillo Castillo: “Aprendí mirando a mi abuelo Rómulo Castillo Otárola (Q.E.P.D.). Él era tejuelero del alerce, aprendió el oficio en el norte y cuando llegó a vivir a la provincia de Coyhaique (década de 1940) ya traía la técnica y el conocimiento empírico en el cuerpo. Así aprendí bien y luego ya comencé a trabajar en este oficio, convirtiéndose en mi fuente de trabajo diario hasta la actualidad (Figura 1). Fueron variados los lugares que recorrí haciendo tejuelas junto a mis hijos. Mis hijos fueron aprendiendo de mí y actualmente dominan bien el oficio. Sin embargo, debo aclarar que el hacer tejuelas con especies de la región de Aysén, no es lo mismo que trabajar con el alerce. La técnica alercera tuvo que modificarse, ya que las especies son más trabajosas y eso le ha dado una característica única a la forma de trabajar la madera en la región de Aysén.

Actualmente Crispin Castillo, es considerado uno de los últimos tejueleros activos que está quedando en la región de Aysén, y que conserva el conocimiento empírico y técnico existente detrás del oficio del tejueleo. El reconocimiento a este exponente de una cultura en vías de extinción, permitirá su rescate, difusión y puesta en valor a través del tiempo y que las generaciones actuales y futuras podamos valorar lo nuestro, nuestra identidad.

La oralidad existente detrás del tejueleo, las construcciones antiguas en base a la tejuela que aún permanecen en pie, detallan una actividad de auge en el pasado, donde el hombre trabajo estrechamente con su entorno natural para proveerse de los productos de la madera necesarios para levantar sus viviendas. Como actividad tradicional que centro sus orígenes a comienzos del siglo XVII en adelante (primeras explotaciones de los alerzales) es primordial incentivar el rescate, difusión y puesta en valor de aquellas personas que aun luchan por mantener vivo este oficio.