Don Iván Passtení nace en la ciudad de iquique un 10 de julio de 1934, en el Barrio Matadero, barrio en el cual se crio y permaneció hasta la edad de 20 años. Hijo de Don Eduardo Passtení Rivera y Laura Calma Ovalle. Es el 4to de 6 hermanos. A la edad de 20 años, contrae matrimonio con quien fuera su esposa por 62 años, Doña Carmela Rivera Bordones, con la cual tuvo 6 hijos: Laura, Iván, Rosana, Natalia, Diva y Yuri, gran esposa, madre, abuela y bisabuela. Viudo desde el 1º de Marzo de 2016.

Don Ivan perdió a su padre a la edad de 12 años, por lo que tuvo que entrar a esa corta edad a trabajar en el Matadero de la ciudad para ayudar al sustento de su familia.

En sus años de Juventud se dedicó al boxeo, categoría peso gallo específicamente. Deporte en el cual se mantuvo activo por largo tiempo y fue participe de torneos y competencias varias. Siempre representando al Matadero, ganando importantes lugares y reconocimientos.

Luego de su matrimonio, comienza a realizar vida laboral en el Ferrocarril como obrero, donde aprende diferentes oficios, tales como: albañilería, carpintería, electricista, etc. Fue uno de los más cotizados albañiles de la época en la ciudad, siendo por ende el arquitecto e Ingeniero de muchas casas que existen en la actualidad en nuestra ciudad.

A la edad de 9 años Ingresa al Baile Chino, baile religioso con 105 años de trascendencia, siendo el más antiguo en la actualidad. Cada año, desde su niñez, Don Iván le ha danzado a la Virgencita del Carmen, la Chinita. Subiendo cada año al pueblo de La Tirana, para sacarla a pasear, para batir su bandera en honor a ella.

Don Iván Passtení Calma, se ha encargado de transmitir a todo integrante nuevo que ha ingresado al baile Chino el amor, el respeto y pasión de pertenecer a este baile. Se ha encargado de dejar huella en cada uno de los integrantes con su constancia y su compromiso para con la Virgen de la tirana. Todo aquel que ha escuchado hablar de mi abuelo, se le viene a la cabeza un hombre de fe, un hombre leal, sincero, un hombre que con su humildad ha dejado muchas huellas en diferentes corazones. Traspasando estos valores a sus hijos, nietos y bisnietos, quienes siempre lo han apoyado y seguido en cada paso que ha dado.

Como bien dice su descripción en la entrevista de hijo ilustre de Iquique: Cabe destacar que don Iván Passtení, se caracterizó ganándose el respeto de sus semejantes, porque nunca quiso aceptar un puesto de jerarquía, nunca quiso mandar ni ostentar título alguno. El mismo se hizo servidor de otros. Iván es el hombre de la Solidaridad encarnada. Las puertas de casa siempre han estado abiertas. Generaciones de han pasado y comido en su mesa...que para todos alcanza. Quizás, la frase que daría cuenta de la personalidad de Iván sería su seguimiento exacto a la enseñanza evangélica: Vengan, benditos de mi Padre, porque cuando tuve hambre me distes de comer y, cuando tuve sed, me distes de beber.

Hasta el día de hoy él se encarga de arreglos de la iglesia plaza Arica, de la sede del baile y de la casa de sus hijas e hijos. Como buen maestro albañil sigue siendo perfeccionista en su trabajo .

Es hijo Ilustre de Iquique por sus servicio desinteresado a la comunidad durante toda su vida. Es conocido por su participación en la Iglesia "plaza Ñica" donde se dedica a su mantención como buen albañil. Además de conocer la historia de décadas en la tirana y es relator de una vida en el club matadero. Dónde participaba activamente y trabajaba duramente para el sustento de su familia. Participó como boxeador, y tiene un sinfín de historias que contar de esa época. Además de venir de padres pampinos, el norte lo siente, lo vive y lo respira.

Fue bombero voluntario en la "Brigada de bomberos Los Cóndores" que después pasaría a ser la Compañía Española Iberia Nº1, en una época donde solo la protección era una toalla húmeda, donde la adrenalina se vivía a diario. Don Iván es el ejemplo vivo de la solidaridad, de la humildad, de la fe personificada, del sacrificio, del esfuerzo y del amor. Él siempre ayudó a otros desinteresadamente, siempre habla una invitación a su casa para quien lo necesitara. Un plato de comida y una taza de té caliente. Así lo describen amigos, conocidos, hijos, nietos y bisnietos.

El Club Matadero

Entre el barrio El Colorado y la llamada Plaza Gibraltar, hoy Plaza Arica, se asentó lo que se conoció con el nombre de barrio Matadero. Las crónicas e informes oficiales, señalan que desde fines del siglo XIX, existía el llamado camal municipal. En los años 80, el oficio del matarife deja de existir. Los matarifes no sólo se dedicaron a faenar animales, que venía del sur y de la Argentina, sino que también a darle forma a la recreación. Es así como el 24 de febrero de 1935, fundan el Club Deportivo Unión Matadero. Desde fines del siglo XIX, el carnaval ya se celebraba, y sus comparsas quemaban al rey Momo en el Buque Varado.

El boxeo y el fútbol, fueron los deportes que aglutinaron a los matarifes. Desde el camal nació la fuerza y la valentía del Tani Loayza que según cuentan, bebía agua de nuca de toro. Otros, como José Castro, Mario Gárate, Rubén Godoy y Rubén Guerrero, siguieron el ejemplo del primer chileno que disputa el título del mundo. En el fútbol, sus glorias en la liga de los barrios y luego en la de honor, son dignas de novelar. No sabemos en qué año el socio Raúl de María, escribe el himno al Unión Matadero, lo titula "Oro y grana": "Como emblema de honor deportivo/ brilla el oro en el banderín/ y es el rojo un símbolo vivo/ del esfuerzo en atlético lid/ Son el oro y el grana fundidos/ los colores de la Institución/ que cobija recuerdos queridos/ de gloriosa y feliz tradición". Buena parte del boxeo y del fútbol no se pueden entender sin el aporte de los matarifes. Sus futbolistas, son tantos que por tema de espacio, sólo menciono a Freddy "Chanchote" Rivera Gárate. Samuel Astorga, Patricio Meza y Pablo Santa Cruz, grandes dirigentes. Y hay muchos, muchos más.