Tengo 21 años, en este momento estoy trabajando más con organillo, antes también ejercí el oficio de chinchinero, lo aprendía a los 13 años, conocí el oficio por un amigo del colegio Domingo Vergara, hermano de Reynaldo Vergara, iba siempre a jugar a su casa, y me invitó un viernes a acompañarlo a preparar las cosas porque tenía que ir a trabajar al otro día y me mostró los bombos, los instrumentos y quedé fascinado.
Tiempo después me encontré con el primo y me preguntó que hacía los fines de semana y me preguntó si me gustaría ir a trabajar con ellos y empecé de juguetero, vendiendo lo que llevaban, de ahí me empezó a llamar la atención el chinchin, como bailaban, tocaban y le pregunté a Reynaldo si me podía enseñar, ningún problema me dijo y aprendí de poquito el vals, el foxtrot, la cueca, las tonadas y a los 13 años ya tocaba el chinchin, fueron unos meses dedicado a eso, me costó bailar y soltar el cuerpo porque era muy tieso, lo resolví practicando y elongando el cuerpo, se hacen ejercicios para soltar el cuerpo, para las muñecas igual.
La primera que salí en serio con chinchin en el centro de Villa Alemana, se llenaba el paseo, familias, turistas, había mucha gente y me puse nervioso, pero salí no más a poner en práctica lo aprendido y después en la cooperación se vio el fruto. A los jóvenes que les llame la atención o les gustaría aprender que pregunten, que se comuniquen con algún chinchinero, recalcando que el oficio hay que ejercerlo bien, estar bien presentado, el traje impecable, sin alcohol ni drogas porque eso perjudica el oficio, esto no es hobby, no es un juego, va mucho más allá.
Yo aprendí con la familia Castillo, no soy de familia de tradición, pero me siento parte del oficio porque lo aprendí y lo sigo ejerciendo y ya me siento de tradición, siento que si no tuviera el organillo y el chinchin me haría falta algo. Soy el primero de los Wegnener Flores y cuando tenga una hija o hijo poder enseñarles y que mi tradición la sigan mis hijos, mis nietos y así crezca la tradición en la familia y que no se pierda el oficio. El chinchin es un tambor que tiene tirapié, tiene platillo, se ocupa con dos baquetas, varillas de redoblaje y tiene maceta, tiene parche de redoblaje y de bombo, al tocar le da un sonido distinto en cada parche.
Siempre estuve cerca del organillo, es un instrumento súper delicado, cuesta tenerlo, es caro, pero no es imposible, empecé a tocarlo con Juanito Loyola, a los 16-17 años, una vez que fuimos a trabajar con él, me mostró el recorrido igual le dije que era algo delicado y me tranquilizó diciendo que eran recorridos planos, sin subidas, ahí aprendí a cambiar las músicas, a llevar el ritmo y de ahí estoy hasta el día de hoy con el organillo, he tocado todo tipo de organillos.
Cada organillo tiene 8 melodías, hay más grandes, más chicos, los que hay en Chile son con un cilindro, que se pone en el organillo, tiene una manillita para cambiar las músicas, cada rayita es un tema; si pone el primero es cueca, el segundo es vals, el tercero foxtrot. Suena con un ritmo que usted le da, si es organillo solo es más suave, si es con chinchinero es un poquito más rápido. Todavía estoy aprendiendo a tocar con chinchinero.