Juan Cariñanco nació en Isla Puluqui, Calbuco región de Los Lagos, en el núcleo de una familia de ocho hermanos, de los cuales dos son hombres y ambos se dedican al rubro de la construcción de embarcaciones. Desde los seis años tuvo que trabajar con su padre, también carpintero de ribera, aprendiendo desde muy pequeño las distintas etapas que involucra la construcción de una embarcación, a partir de la curiosidad que le generaba y observación del trabajo de su padre.
Posteriormente alrededor de los doce años ya se desempeñaba como ayudante de su padre, en este sentido, la gran mayoría de los conocimientos que posee de carpintería los aprendió de los consejos, apoyo y retos de su progenitor: “Yo empecé a trabajar al tiro con él, porque andaba ahí como era chiquitito, me andaba metiendo debajo de las lanchas y pasaba las herramientas y uno al tiro se va incentivando de chiquitito, de cabrito va aprendiendo porque si no de grande ya es tarde”.
Los primeros años de Juan como carpintero de ribera se desarrollaron al amparo de su padre, realizando labores de ayudantes en todas las fases de la producción de una embarcación, es decir, desde el ir a buscar a la madera al monte, principalmente Mañío, pasando por la identificación de los distintos tipos de madera y piezas de un bote, hasta la realización de plantillas de diseño para cada embarcación. Durante este periodo el trabajo realizado en conjunto por Juan y su padre se sustentó en la utilización de herramientas manuales, donde incluso, Juan recuerda demorarse alrededor de un día en cepillar un palo de diez metros. En dicho escenario, Juan realizó su primera embarcación a los dieciocho años, consistiendo en una lancha para pesca, de catorce metros.
Posteriormente, a la edad de veintidós años Juan migra a Punta Arenas, llevado por una persona a la cual ya le había realizado una embarcación. Llegando a la Patagonia en compañía de su esposa, comienza la construcción de embarcaciones, a diferencia de Calbuco, en madera de Lenga y Coihue, debido a las características de durabilidad y firmeza que permite utilizarla en partes como la quilla, roda, codaste y cuadernas de la embarcación, junto con adaptarse a las condiciones climáticas y geográficas de la zona. De esta forma, Juan comenta que la recolección de dichas maderas la realiza en zonas como Villa Tehuelche, Tres Morros o Morro Chico.
Actualmente menciona, la búsqueda de madera ha cambiado por el acudir a los aserraderos, donde no se utilizan prácticas como el corte de los árboles según las fases de la luna, tal como comenta Juan que su padre le contaba. De esta forma, el proceso tradicional de construcción de embarcaciones se ha transformado, sumado a la dificultad de conseguir madera, específicamente de aquellos palos con curvaturas naturales, lo que ha llevado a la posibilidad de construir con otros materiales como el fierro.
Juan Cariñanco continúa desempeñándose en la labor de carpintero de ribera, a pesar de las dificultades que el oficio enfrenta.