Vive en Barrancas. Es parte de una segunda generación de salineros. Ya cuando tenía 7-8 años inició su aprendizaje, lleva alrededor de 35 años trabajando como salinero. Trabajó en Pejerrey y en Barrancas. Menciona que antes había hartos dueños de salinas en esos sectores.
Sobre el origen, la historia y el proceso de producción de sal cuenta que las salinas “tienen sobre los 500 años, las hicieron los promaucae, los primeros indígenas que teníamos en Chile. Como no había colegio, sólo contaban hasta 10 por los dedos de las manos y después de eso, a todas las cantidades le decían “mucho”. Estas salinas ellos las hicieron, ocupando las técnicas de los españoles, que tenían la inteligencia. Habían visto que si unas aguas de mar decantaban se volvían sal y los españoles les dijeron que si hacían todas las piezas suficientes con un corral ellos podían hacer la sal. En años anteriores el agua llegaba a los pies del cerro y cuando recogió hacia dentro, los españoles dieron la idea de hacer un corral para almacenar el agua durante 15 días, que era el tiempo que duraba la marea alta. Ahí hicieron las primeras piscinas: primera corrida, las cocedoras; segunda corrida, los sancochadores; tercera corrida, las recocedoras; cuarta corrida, los cuarteles y a cada quinta corrida las cocedoras y algunos sancochadores”
Sus hermanos y su padre también conocen el oficio.
Define el ser salinero como “Un oficio responsable, hay que hacer el trabajo, limpiar bien, hacer un buen proceso”