Tiene 70 años, vive en Cáhuil. Sus abuelos vivían ahí. Trabajó la sal durante 48 años, hasta el 2010, año en que las salinas se echaron a perder por el terremoto.
Aprendió el oficio de su papá a los ocho años. Trabajó en las salinas de Huala y La Isla.
Transmitió el oficio a José Guajardo, Carlos (hijo de Emilio Segundo) y a Elisardo “Pelé” Quintero Guajardo.
Sobre el origen de la tradición salinera, cuenta que “Según las investigaciones que ha habido son del 1506. Aquí antes entró un barco de los españoles y quedaron varados aquí en la palmilla. Ahí ellos empezaron a hacer salinas y ahí empezó de ahí pa’ acá (...) El oficio cambió bruscamente en el año 66. Ahí trabajábamos nosotros 220 salineros, éramos hartos (…) Cáhuil, Barrancas, La Villa y La Plaza. Ahí pasó cuando este caballero, Eduardo Frei Montalva, le quitó que no podía ser para seres humanos la sal ni tampoco pa’l pan, para nada. Ahí se fue para abajo, ahí empezaron a terminarse las salinas porque no ganaban nada. Como se dice, se fue al suelo”
Sobre la importancia del oficio: “Pa’ mi fue mucho porque yo con eso… usted sabe, desde que era un niño, comíamos con eso, nos alimentábamos, todo lo que es un trabajo para mantener a la gente”
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