María del Carmen Toledo Riquelme
San Bernardo, Metropolitana de Santiago

Pertenece a la Corporación Cultural de Organilleros de Chile

La historia mía comienza a los 4 años como chinchinera, al lado mi papá y mis hermanos, como a los 9 años dejé de ser chinchinera porque sufríamos harto cuando éramos pequeñas y yo ya no quería tocar el bombo, y mi papá me dijo que no fuera más chinchinera pero que tenía que seguir ayudando a trabajar ahí comencé como juguetera, con la rosca a vender los juguetitos al lado de ellos y también fabricando juguetes, entre los 10 y los 14 años estuve en eso, a los 14 entré al organillo, igual uno como chica curiosa se metía, mi papá me enseñó. El instrumento es una cajita musical, mágica, porque transporta a las personas a la infancia, cuando hago mis recorridos y salen los abuelitos, hay personas que lloran al ver y escuchar a un organillero, porque se acuerdan de su papá, de su mamá, cuando los sacaba y los llevaba al lado del organillero, le compraba un remolino, esas sensaciones las transmite el organillo y por eso digo que es una cajita mágica. Fui la primera organillera tocadora para bombo, con críticas de mis pares masculinos, había 3 ó 4 organilleras antes que yo, pero ejercían el oficio en forma solitaria, sin chinchin, cuando nos juntamos con mi esposo él era chinchinero, salimos los dos a trabajar, y sin mucho conocimiento, porque para tocar el organillo para el chin chin hay que saber, hay que ir al compás del chinchinero, con autoescuela, pidiendo consejos, en ese tiempo eran pocos los que te ayudaban, el gremio era un poco egoísta y machista total en ese sentido y me sirvieron esas críticas, ahora cuando cuentas esas historias varios se quedan callados y ahora todos quieren integrar a las mujeres, que le dieron un realce igual, antes las mujeres se encargaban más de la juguetería, el tiempo me dio la razón que no estaba mal y serví de ejemplo para muchas mujeres que ahora son organilleras. Practicamos como dos años con organillos “mulas”, fue por las condiciones económicas, tener un organillo era mucha plata, muy lejano, eso no cuenta porque uno ahí no interpreta, y después la familia Lizana nos arrendó un organillo, eso fue en el año 2.000 cuando comencé con organillo original, arrendamos 12 años y recién logramos tener uno. Tuve una infancia difícil y por eso siempre di prioridad a la crianza de mis 3 hijos y cuando salieron viajes familiares por el oficio siempre me bajé, carecí mucho de la presencia de papá, de mamá y yo no quería que les pasara eso a mis hijos, he viajado a Argentina y Perú y ahora nos vamos a Europa a una gira por 6 países, la familia completa, vamos a los dos festivales más grandes de organillo en Alemania, fuimos seleccionados como familia Saavedra – Toledo. Conozco un 80% de Chile, hacemos el oficio itinerante, dependiendo las fechas es donde estamos, en el invierno en el norte, invierno en el sur, para fiestas patrias salen eventos fuera de Santiago. Al oficio tengo que agradecerle mucho, si bien mis primeras vivencias no fueron muy buenas. Gracias al oficio pudimos tener nuestra casa educar nuestros hijos.

Rol: Soy parte de la directiva de la Corporación de Organilleros de Chile, tomé la tesorería. Los fines de semana estoy en un mall, durante el año hago el oficio junto a mi esposo, a mi hijo, cuando nos salen eventos.

Premios y reconocimientos:   El único reconocimiento que tengo como persona natural es el reconocimiento de mis pares mujeres, que me agradecen, siempre, el ímpetu que tuve para ganarme detrás de un organillo, intentar tocar para bombo hasta que lo aprendí, algo físico no tengo hasta el día de hoy. Como familia tenemos muchos reconocimientos.

Resguardo del oficio: Que sea reconocido el oficio a nivel mundial, en la actualidad estamos todavía vulnerables, a mi esposo le robaron el

organillo y el Ministerio de las Culturas, más allá de sentirlo mucho, nada más. Hay que hacer un trabajo para resguardar el organillo, que además de proteger la práctica se proteja el instrumento, que podamos demostrar que es nuestro, por lo ámbitos legales estamos desprotegidos.

  • Identificador SIGPA: CI3713
  • Fecha de registro: 03-12-2020
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Femenino
  • Comuna: San Bernardo
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion
Fotografías