Corporación Cultural Organilleros de Chile reconocido THV 2013.

Soy organillera, empecé en el oficio, como a los 10-12 años, acompañando a mis papás, salían a trabajar, a recorrer con los Chin Chin en ese tiempo, mis hermanos eran pequeños, vendía con una rosca juguetes, ahí me acerqué al rubro, veía a mis hermanos trabajar y con los años obtuvieron un organillo, pero me metí de lleno en el oficio gracias a mi esposo, íbamos cuando éramos pololos a ver cómo trabajaban en el centro y ahí le gustó y quiso aprender, mi papá le enseñó a tocar el Chin Chin, cuando me reincorporé de nuevo a trabajar en el oficio tenía como 19 años, mi esposo aprendió el Chin Chin y el organillo y ahí aprendí con él y seguí trabajando con el organillo junto a él. He salido sola como organillera a trabajar, cuando mi esposo estaba enfermo, o trabajando en un lugar con otro, en el verano, en septiembre trabajamos el en un organillo y yo en otro. Llevo 16 años de organillera. Las municipalidades hacen problemas con el tema de los permisos, esa es la traba o la tranca, para todos los organilleros, eso hace que se tengan dificultades para ejercer el oficio, uno tiene la disposición las ganas de poder mostrar esta cultura y ellos nos cierran las puertas. A mi gusta el oficio, ser organillera porque uno les entrega alegría a los niños, a la gente adulta, es rico sentir que lo que uno hace la gente mayor lo valora mucho, con la juventud se ha perdido un poco esto de la cultura, con la tecnología, pero la mayoría de los que son adultos les gusta, les trae recuerdos y unos sentirse parte de eso igual es grato, agradable, bonito.

Rol: Organillera de los 19 años, 16 años ejerciendo el oficio.
Resguardo del oficio:  Somos patrimonio, tesoro humano vivo, es poco lo que se hace valer eso, lo primero es hacerlo valer con un decreto, una ley que de verdad tenga peso, que diga que hay que resguardar al organillero, al chinchinero porque son parte de nuestra cultura.