Pedro Narciso Castillo Hidalgo
Valparaíso, Valparaíso

Nace en Valparaíso a fines de la década de 1950. A los 4 años de edad comienza a bailar como chinchinero acompañando a su padre Pedro Castillo Olivares, quien a su vez, se inició en el oficio de organillero alrededor de 1932. Junto con sus hermanos Renato y Alejandro constituyen hoy la familia de organilleros de más larga trayectoria en Valparaíso.Ha sido organillero y chinchinero toda su vida. Ha recorrido todo el país, menos Isla de Pascua y Magallanes. También ha realizado giras de trabajo por diversos países, tales como: Argentina, Ecuador y Suecia. En el año 2007, integró la delegación de la Corporación Cultural de Organilleros de Chile que visitó Ciudad de México en una gira de dos semanas, financiada en parte por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, presentándose en diversas sedes universitarias y teatros de la capital azteca. Trabaja junto a su hijo Marcelo Castillo Guerra, a quien le ha traspasado las tradiciones familiares relacionadas con el oficio, tales como, adiestramiento de loros para sacar la suerte, construcción de juguetes y la danza de chinchinero con el estilo familiar que los caracteriza. Juntos han incursionado en la reparación de organillos, y actualmente, han dado sus primeros pasos en la construcción de organillos réplicas de los antiguos, trabajo que les ha valido el reconocimiento de la ciudadanía y el apoyo de FONDART 2009.Es importante destacar que Castillo y su hijo son los últimos chinchineros que van quedando en la región de Valparaíso, razón por la que Pedro está interesado en formar a nuevos bailarines que continúen esta tradicional forma de espectáculo popular y urbano.

Soy organillero y chinchinero con una trayectoria de 60 años, fui primero chinchinero, desde los 4 años. Mi papá comenzó a los 12 años como ayudante de organillero, después adquirió su propio organillo, como a los 20 años creo y ahí empezó la historia de la Familia castillo, él trabajaba con chinchineros muy antiguos, Benjamín Díaz Madariaga y Santiago Poblete, que ya no están. Yo aprendía con uno de ellos, primero empecé bailando sin bombo y después me puse el bombo como a los 4 años, uno va mirando y aprendiendo sólo de manera autodidacta. Como a los 11-12 años empecé a salir solo con organillos de pata, cargándolo, a recorrer Valparaíso. los cerros, aprendía a tocar el organillo de mi padre, me enseñó a cambiar la música, como dar vuelta la manivela, llevarle un ritmo al organillo, a la música que hay que llevar una coordinación con la música que va tocar, hay ritmo para valse, el tango es más lento, foxtrot es más rápido, eso lo va dando el tiempo uno va aprendiendo a medida que conoce más el organillo. El organillo tiene flautas, fuelles, tienen un cilindro con ocho melodías que están programadas y al girar la manivela va sonando la música que usted desea tocar. Tiene teclado que hace funcionar las cajas de aire El Chin Chin funciona con triángulo, platillo unas poleas que va al pié y varillas que golpean el bombo, se pone a la espalda y de ahí va practicando los movimientos al ritmo de la música del organillo. He transmitido estos conocimientos a mi hijo y mi nieto, y a Raúl Castillo, que también pertenece a la familia. Hemos estado en el festival de Viña, de Olmué, junto con Los Jaivas, Calle 13, hay grabaciones de eso. He estado en Suecia, Argentina, México, España, Perú y Ecuador, han sido experiencias muy buenas, pues afuera nos consideran como artistas, he recorrido la mayoría de mi país, por el sur he llegado hasta Ancud, Castro, por el Norte pasado hasta Lima, el oficio me ha permitido conocer mi país entreteniendo a la gente y podido vivir de este oficio. Para mí el oficio significa todo, me ha dado mucha felicidad, he compartido con mucha gente que disfruta con lo que uno hace lo que me enorgullece, me hado muchas satisfacciones, he podido sacar adelante mi familia, tuvieron sus estudios y uno de eso se siente orgulloso. He recibido reconocimientos de las municipalidades de Viña del Mar, de Valparaíso, en los viajes también y en colegios, tengo varios diplomas que valorizan lo que uno hace, uno se siente orgulloso.

 Rol: El oficio pasó por un tiempo bien crítico en el que, cuando falleció el Maestro Venegas, se anduvieron perdiendo los organillos, se echaban a perder, se vendían los organillos, después de so hubo un repunto en que los organillos se pudieron conservar mejor, cuando el oficio fue declarado patrimonio por la UNESCO empezó a tomar otro valor, por el cuidado de los

cultores, empezamos a cuidar más la imagen, se creó la corporación y comenzamos a tomar conciencia que había que cuidar el oficio.

Hemos fabricado 6 organillos, financiados con proyectos, no queríamos que se perdiera la tradición y por eso nos pusimos fabricarlos, ha sido difícil porque cuesta harto fabricar un organillo, hay que dedicarse, se demora 6-7 meses fabricar un organillo, en este caso somos autodidactas.

Reconocimientos y premios: He recibido reconocimientos de las municipalidades de Viña del Mar, de Valparaíso, en los viajes también y en colegios, tengo varios diplomas que valorizan lo que uno hace, uno se siente orgulloso.

Resguardo del oficio: Nosotros deberíamos tener un documento especial para desenvolverse en las ciudades del país y poder mostrar libremente el arte que nosotros mantenemos como patrimonio, el Ministerio de la Culturas debiera proteger lo que es patrimonio, hay chinchineros por todo el país, aficionados, que no son cultores y muchos desprestigian la tradición, deberíamos tener una credencial que dictamine que somos cultores originales de la tradición.

  • Identificador SIGPA: CI149
  • Fecha de registro: 04-08-2011
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Valparaíso
  • Region: Valparaíso
Ubicacion
Fotografías