Sergio Guzmán Vallejos
Lo Espejo, Metropolitana de Santiago

Sergio Guzmán (Tito) ha desarrollado este arte y oficio tradicional, en su versión popular, desde el año 1958 a la fecha. Crea ese año el teatro de títeres Candelilla, en la ciudad de Santiago de Chile, junto a su esposa Luchita Flores. Gracias a su permanente trabajo con el títere itinerante y su entusiasmo y amor por esta tradición, ha transmitido a distintas generaciones el conocimiento del oficio. Como titiritero, revive hasta la fecha el encuentro permanente con los títeres, los que han sido su pasión, vida y sustento material hasta el día de hoy. Además de ejecutor y artesano, ha escrito también sus propias obras. La primera de ellas fue ‘El Rey que no sabía sumar’. Hasta el día de hoy se presenta como parte de su repertorio, que hoy posee 30 obras activas.

En el año 70 construyó El Castillo, un teatro móvil con capacidad para 70 personas. Recorrieron las playas durante los veranos, hasta el año 2004. La armaba cada verano en los predios linderos a los balnearios, generalmente junto a un patio de juegos. Hoy, su energía no le permite una aventura de esta envergadura, ya que requeriría un esfuerzo físico mayor. No obstante, en la actualidad viaja con su teatrino individual.

Formó parte también de los artistas que se sintieron convocados a participar de la sociedad que, en ese entonces, nuestro país pretendía lograr. Se transformó en un “saltamontes”. Se trataba de un grupo de artistas interesados en la Educación Popular que, motivados por el momento histórico que vivían, y con el apoyo del gobierno de Salvador Allende, se dedicaron a recorrer el país para fomentar en la práctica el desarrollo cultural campesino.

Después del golpe de estado, Tito Guzmán trabajó para el canal 11, en un programa llamado “Los Bochincheros”. Durante dos años formó parte de “Teleduc”, en Canal 13. En la actualidad recorre parques, colegios, teatros y festivales, en distintos pueblos y ciudades, itinerando con su arte por todo el país.

La expresión patrimonial que se postula es el arte del títere y la marioneta. Se trata de una artesanía sincrética, que ha perdurado en su vertiente tradicional durante más de 5 siglos en América Latina. Además de representar a un cultor excepcional de este arte y aún en ejercicio, ha desarrollado en conjunto con su familia la continuidad de la tradición. En efecto, su esposa, sus hijos y nietos son titiriteros al igual que él. Se observa que este artista de 80 años a la fecha de la postulación, es considerado por las generaciones más jóvenes de titiriteros como un artesano y creador de tradición patrimonial. En efecto, al desarrollar el arte del títere de guante y papel maché desde la década de los años 50, ha sabido mantener su factura tradicional, sin dejarse seducir por técnicas modernas y mucho más rápidas en su construcción. Vale la pena mencionar que la historia del títere popular chileno, lamentablemente aún no ha sido recopilada en profundidad en nuestro país.

Como uno de los cultores más ancianos de este arte y oficio en Chile, ha realizado funciones, creaciones y muñecos, y ha dejado sus simientes no solo a sus hijos e hijas, sino que a las nuevas generaciones de nuestro país. Hasta la fecha, sigue recorriendo como artista itinerante la geografía del país, y también se ha presentado en diversos festivales nacionales e internacionales; sin ir más lejos, este último mes se ha presentado en Osorno, Alhué, Pitrufquén y Yungay. Don Tito Guzmán ha ayudado a abrir un camino a las nuevas generaciones exponentes de este oficio. Postulamos a este creador y soñador de los muñecos, quien ha permitido el desarrollo de los títeres en Chile, ha ayudado a masificar esta propuesta artística y hasta el día de hoy entrega sus conocimientos relativos a la confección de muñecos y técnicas de manipulación. Por sobre todo, resulta excepcional que una persona de su edad aún tenga la energía para salir a trabajar a las calles, pueblos y barrios más populares de la tradición titiritesca, fiel a la transhumancia propia del género.

Reconocimiento Tesoros Humanos Vivos 2016


Se entrega el reconocimiento Tesoros Humanos Vivos 2016 porque representa la larga trayectoria en un oficio ligado a la cultura popular urbana. Porque ha dedicado una vida entera a construir títeres y a escribir las obras que los animaran, las que son llevadas a diversos lugares, difundiendo así relatos, imágenes y universos de entretención y enseñanza más allá de las fronteras establecidas por el teatro o la educación formal.

Se reconoce el perfeccionamiento y la integralidad de esta antigua práctica, incluyendo la fabricación de títeres, la escenografía, la actuación y la dramaturgia. Se valora igualmente el compromiso del cultor con el arte popular chileno y su persistencia a lo largo de tiempos difíciles para su difusión, en los que este arte ha sido desplazado de los medios de comunicación masiva, como la televisión, donde, en tiempos pasados, don Sergio tuvo un espacio en programas educativos.

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