Alfonso Alvarado nació el año 1945 en Quellón, Isla de Chiloé, Región de los Lagos. A la edad de 16 años se trasladó junto a su familia a la localidad de Puerto Cisnes en la Región de Aysén, localidad que en ese periodo era muy pequeña, compuesta tan solo por unas pocas viviendas, donde no había caminos y la conectividad dependía del barco que pasaba una vez al mes a dejar víveres y provisiones. Alfonso lleva alrededor de treinta años ejerciendo el oficio de carpintero de ribera, donde sus primeros acercamientos y conocimientos en tornoa la elaboración de embarcaciones las obtuvo de Zacarías Hernández, carpintero de ribera originario de Calbuco, quien habitaba en Isla Magdalena, localidad donde la familia de Alfonso poseía un terreno. “Yo aprendí mirando a un caballero, un hombre de edad, era vecino de nosotros cuando vivíamos antes alotro lado en la Isla Magdalena, un pedazo de tierra por ahí”. De la observación y labor como ayudante de Zacarías, quien realizaba embarcaciones de madera de Ciprés para ser vendidas, Alfonso aprendió las principales etapas y procedimientos para la construcción de un bote, desde la búsqueda de la madera hasta los últimos detalles y terminaciones.
Posteriormente, Alfonso se dedicó a la construcción de los denominados botes con espejo, embarcaciones a motor diseñadas para pescar enextensas jornadas de navegación bajo la lluvia. Por lo cual tenían “una casita para protegerse de la lluvia”. “Entonces ahí la gente llevaba una cocinilla a gas, chiquitita por supuesto, y un calentador chiquitito a leña donde se cortaba leña y se hacía fuego, se hacían dos literas, que andaban siempre dos personas, entonces ellos se cocinaban ahí mismo, dormían ahí en ese mismo bote, y ese era el trabajo que se hacía. De esos botes hice varios aquí yo”. De forma tal de elaborar una embarcación que se adecuada a las condiciones de la zonas y duración de los viajes, especialmente durante el tiempo de la pesca de Merluza. El proceso de construcción de una embarcación que Alfonso realizaba iniciabacon la búsqueda de la madera, generalmente de árboles como el Ciprés, la Tepa, Mañío o Ciruelillo, según sus diversas cualidades para una partes específica del bote: “para la quilla se puede ocupar una tepa o puede ser un mañío, hay madera que se utilizan para eso”. Dicha búsqueda de madera la realizaba en las costas y campos aledaños, ocasionalmente en compañía de otra persona.
Luego se desarrolla el proceso de diseño de la embarcación: “Para empezar a construir el bote hay que hacer unos moldes que sellaman las plantillas de la embarcación como le va a dar uno el modelo a la embarcación, cuánto va a hacer el ancho, la manga, cuánto va a hacer el alto, el puntal que se llama, y cuanto de eslora como lo pida el que necesita. Y después cuando tenga hecho las plantillas se colocan encima de quilla, se nivelan y se ponen las estacas para que se afirmen y de ahí después de pone nunas cintas al lado de las plantillas para poder poner las cuadernas para que no queden una más arriba y otra más arriba, para que queden parejitas y después de eso recién se empiezan a poner las tablas, es mucho trabajo”. De esta forma, para la construcción de un bote de ocho metros, Alfonso se tardaba alrededor de un mes, trabajando todo el día solo haciendo pausas para alimentarse, todos los días de la semana, excepto el domingo de descanso. Sin embargo, contaba con la compañía de su esposa, Noemí Velásquez, a quien conoce desde su etapa escolar: “Parahacer el bote siempre trabajaba solo, con mi compañera acá, mi esposa, ella me ayudaba a sujetar las tablas, porque las tablas cuando se cuecen en el agua quedan blanditas para doblarla, ahora ya no, porque ya estamos los dos viejos, no se hacen nada de botes”.
En la actualidad no se encuentra realizando embarcaciones, la última que construyó fue para su hijo, hace diez años. Esta situación es producto principalmente de las dificultades por las que atraviesa el oficio de la carpintería de ribera en relación a la dificultad y restricciones para la extracción de madera, como también a la merca de solicitudes de construcción de botes por parte de los pescadores, al tener ellos mayores problemas para navegar, como también por la llegada, con el trabajo de las salmoneras, de botes de fibra. En este sentido Alfonso se encuentra trabajando en la reparación de embarcaciones, considerando además que el futuro de la carpintería de ribera es inserto, principalmente por la falta de interés en el oficio de la juventud.
Alfonso no desarrolla el oficio propiamente tal hace 10 años, sólo repara embarcaciones. No ha tenido la posibilidad de transmitir sus conocimientos y saberes, considera que la juventud no se interesa en el oficio.