Daniel Nicolas Román Rodríguez
Santiago, Metropolitana de Santiago

"aferrarse a algo así como un origen o a una tradición yo lo encuentro engañoso, a menos que se entienda por tradición a la práctica permanente de hacer uso de una música que nos representa. O sea hay que inventarnos poemas, hay que buscar otro repertorio de guitarrón. Esa es la mejor manera, en mi perspectiva, de mantenerlo vivo. La música no es una pieza de museo". 




Cuándo comenzó a aprender a cantar a lo poeta? 

¿Recuerda cómo comenzó a aprender y con quienes aprendió?

 Siempre hubo en mi casa una cercanía como con el mundo de folklore. No específicamente con el Canto lo Poeta ni el guitarrón, pero sí con todo el interés respecto de la música folclórica chilena[...] Empecé a estudiar guitarra eléctrica a los 20 años y después para profesor de música. Después hice un magíster en musicología, y a través de la musicología conocí al cultor Orlando Sánchez, compositor de La Serena. Es con él que tomo contacto con el guitarrón. Me interesó como un instrumento que potencialmente podría tocar. 

 Entonces me consigo el número del luthier Pablo Castañeda, que me da como el 2017 el número de Juan Pérez. Ya con el guitarrón en camino llamo a Juan Pérez y le digo "Hola, mire, yo soy Daniel Román y quiero aprender a tocar el guitarrón ¿cómo lo hacemos?" y me dice "Perfecto, vente a mi casa". Entonces empecé a ir todas las semanas a Pirque. Al principio él me prestaba un guitarrón y después yo ya llevaba mi guitarrón. Estuvimos cerca de dos años en clases. 

 También ahí entendí que el guitarrón y el canto son una y la misma cosa, dos caras de la misma moneda. Entonces claro, ahí me metí en la poesía y comencé a aprender las entonaciones y empecé a cantar.

 ¿Qué conocimientos son sí o sí necesarios para ser un cantor a lo poeta?

 Lo más importante tal vez sea como la experiencia espiritual. Tener una cercanía con la música que ya no es de espectáculo, no es entretención, sino que apela a como una pura expresión.[...] fue reencontrarme con una musicalidad anterior, pero que también la tenía en mí, donde también dije "aquí me sumo algo con lo que me identifico plenamente" o sea, me siento parte de ese deber ético de aprenderme de memoria algunas cosas para que perduren. Sumarme a un camino del cual quiero ser parte y que me importa también cautelar y darle continuidad. Yo creo que el folclor vive en la medida en que lo practicamos, en que lo tocamos, en que lo usamos y lo transformamos. 

 ¿Ha enseñado estos conocimientos yestas prácticas? ¿A quiénes?  

El 2020 Me gané un fondo de difusión y el vídeo está en YouTube, porque me lo pagó el consejo de la cultura y ahí hago una charla como de media hora sobre guitarrón chileno. Yo aquí en Madrid vine a hacer un máster en musicología y claro, mi objeto de investigación fue el Canto a lo Poeta, entonces también investigué y tengo una tesis pública que da cuenta un poco de la investigación desde mi desde mi propia experiencia [...]  entonces, claro, como como enseñanza directa no, pero sí investigación y este FONDART de difusión que me gané. 

 Cuénteme de su recorrido en este oficio ¿Qué anécdotas recuerda o qué le ha llamado la atención? 

Siempre me llamó la atención lo de cantarle a un a Cristo. Yo siendo ateo. Eso me llamó profundamente la atención,es decir, que era como el gesto más profundo respecto de la música. Cantar canciones cristianas, yo no siendo cristiano. Me parecía a mí súper interesante, desafiarme en ese sentido. Valorar la propiedad que tiene la música de trascender incluso nuestras creencias.

 Después me llamó la atención lo sonoro.Que la calidad del sonido, la calidad de los instrumentos, que la sonoridades no fueran preponderantes desde la estética occidental; es decir, iban unos tipos con unos guitarrones destemplados y desafinados, cantando horrible y se les trataba con el mismo respeto. No estar al servicio del espectáculo, ni con micrófono ni afinación ni bien vestido ni nada, sino que lo importante es esta oración en voz alta.

 Otra cosa interesante es que se canta ya veces no hay nadie, o sea, no hay espectadores. Somos 10 o 12 cantores mirando un mono en el cual, por lo menos, yo no creo, que es Cristo. Con absolutamente nadie en la iglesia, cosa que me parece bellísima. Entonces hay un motor espiritual ahí, que a mí me sigue cautivando mucho en el Canto a lo Poeta. Todas esas cosas me han llamado la atención.

 Como cantor a lo poeta ¿qué papel siente que juega usted en el desarrollo de esta práctica tradicional? 

 Yo siempre trato de definirme como músico. Pero es difícil también, me gusta mucho tocar porque me gusta mucho escuchar y hay música que me conmueve. Yo creo que la curiosidad y el amor por la música eso es como lo primero. Después, derivado de ese amor por la música es que me gusta estudiar mucho, me gusta aprender a tocar guitarrón. Me gusta cantar. Me gusta la guitarra eléctrica. 

 Lo que sí siento es que el guitarrón y la música chilena han sido infravalorados por esta mirada eurocéntrica de blancos heterosexuales, entonces nos hemos privado de conocer una música que para mí es bellísima. Hay algunos que pensarán también que es una música medio facha y que los guitarroneros son católicos vinculados a la religión. Eso nos ha privado un poco de tener más antecedentes. 

 Como cantor a lo poeta ¿cuáles cree queson sus principales responsabilidades con el canto?

 Siempre que hablamos un poquito de la tradición reconstruimos mitologías respecto del origen y yo no creo mucho en los orígenes.  

 No sabemos si a lo mejor son canciones populares, no sabemos si son registros que transitaron entre España a América apropósito de la Lira Popular o de los Pliegos de Cordel, no sabemos tampoco porqué se dice que el guitarrón es representación de una mínima parroquia; entonces vemos que hay una mitología circundante súper potente. Por tanto, cuando nos enfrentamos a la tradición, para mí es problemático, porque por una parte efectivamente tenemos la responsabilidad de preservar, pero para preservar también hay que necesariamente representar. En una representación nunca asistimos al acto puro. 

 

Las prácticas musicales, como su nombre lo indican, son prácticas y como tal, están llenas de influencias de otros cantos, de otras musicalidades y de tecnologías. Entonces aferrarse a algo así como un origen o a una tradición yo lo encuentro engañoso, a menos que se entienda por tradición a la práctica permanente de hacer uso de una música que nos representa. O sea hay que inventarnos poemas, hay que buscar otro repertorio de guitarrón. Esa es la mejor manera, en mi perspectiva, de mantenerlo vivo. No son piezas de museo, la música no es una pieza de museo, en ese sentido entonces, mi responsabilidad no es solo tocarlo en términos de cómo creo yo que se tocaba hace 200 años, sino que también atreverme a intervenirlo, a cambiarle las cuerdas por nylon, a hacerlo electroacústico. Tocar el guitarrón en un club de jazz en Madrid.


  • Identificador SIGPA: CI6697
  • Fecha de registro: 02-09-2022
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Santiago
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion