A los 12 años comencé a tocar el pífano (pifilca), aprendí de mi padre, Edicto Labra. Lo he transmitido a mis hijos Lorenzo y Francisco. Toqué desde los 12 años hasta los 45 que paré por motivos personales; estuve sin tocar 15 años y ahora lo retomé. Es una devoción a la Virgen, que me da la fuerza para vivir.
Soy pifanero que son los que aportan la música para que se realice el Baile; esto se hace por devoción o como una manda, por ejemplo.