Ismael Contreras Cofré
Calera de Tango, Metropolitana de Santiago

En el entorno familiar se cantaba, se tocaba la guitarra y se festejaba para las fiestas. Sus padres cantaban y bailaban, eran aficionados y profesionales. Después en la iglesia, escuela parroquial, aprendió letras, pudo leer y fue ampliando sus conocimientos. Más tarde comenzó a participar en encuentros de cantores.
Formó en la comuna el desaparecido “Club Folclórico Rolando Alarcón”, en donde se contrató un profesor. El resto del saber ha sido aprendido de forma autodidacta y por herencia familiar.
Aprendió a tocar guitarra por costumbre familiar, así acompañaba las tardes y fiestas que se realizaban junto a la familia.
Conocidos del sector, se hicieron un nombre y prontamente los llamaron para que amenizaran las fiestas de la comuna, los bailes y diferentes celebraciones.

El canto a lo poeta es un arte de tradición oral que consiste en cantar versos populares compuestos en décimas o sextinas, interpretados con arreglos musicales, generalmente de guitarra, y divididos en dos tipos de canto: a lo humano y a lo divino.
Se deriva de la motivación de compartir, reunirse en familia y poder disfrutar de un alegre momento. De igual modo a la hora de componer sus sextinas y payas. El mismo cultor relata su vida en sextinas, las que compone espontáneamente en determinados momentos de su existencia.

En el canto a lo humano los versos abordan temas profanos: por ponderación, por travesura, por amor, saludos, brindis, versos de historia y la crónica de los acontecimientos sociales y políticos.

Otra de las practicas ligadas al canto a lo poeta es la paya, que en lengua aimara significa “dos” y en quechua “encontrar colectivamente. Se trata de una derivación del canto a lo humano que comprende la disputa entre dos cantores, un duelo poético e improvisado que requiere de mucho ingenio, rapidez, experiencia y sabiduría. (CNCA, 2012: 148)
Este canto sincrético paso a formar parte de la poesía popular chilena y se dividió en dos ramas, una femenina y otra masculina, con métrica, canto, instrumentos y argumentos propios. Así, las cantoras comenzaron a cultivar una lirica liviana asociada a espacios profanos como matrimonios, ramadas y trillas, conservando un estilo musical más festivo, propio de la vida campesina y mas allá del calendario religioso, con tonadas, valses y cuecas, cantos alegres en estrofas de cuatro o cinco versos, acompañados de la guitarra o el arpa. Los hombres, por su parte, desarrollaron una lirica de carácter más serio y didáctico, adquiriendo un rol significativo en las celebraciones religiosas, utilizando la forma métrica de la decima y el guitarrón como instrumento. A este oficio se le conoce como “canto a lo poeta”, y ese puede ser canto a lo humano o canto a lo divino. Así, el cantor “apoetado” es propio de la zona centro-norte de Chile, mientras que la cantora campesina lo es de la zona centro-sur. (CNCA, 2012: 118)
El canto a lo divino está compuesto por temas sagrados, bíblicos, sobre la Virgen, los santos y los angelitos. Es un canto ritual, una ceremonia de mucho recogimiento, devoción y respeto, un acto de fe en el que un grupo de cantores se reúne, de día o en vigilia, en novenas a la Virgen o velorios de angelitos (bebes y niños de corta edad), para cantar versos que aprendieron de sus padres y abuelos, rimas transmitidas oralmente y de generación en generación durante las celebraciones religiosas.

  • Identificador SIGPA: CI350
  • Fecha de registro: 26-05-2013
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Calera de Tango
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion
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