Jorge Andrés Quinteros González
San Antonio, Valparaíso

A pesar de que mi familia viene de la localidad de Bucalemu, y que tuve tíos cantores también yo descubrí la décima en el año 1995; porque con una agrupación con la que yo trabajaba empezamos a hacer una obra… “Canto para una semilla” de la Violeta. Entonces dentro del grupo de gente que estábamos cantando eso, llegó un caballero que tenía un libro de Miguel Jordá: “El catecismo criollo”; entonces me lo prestó, yo lo leí, me encantó, me enganchó, y entonces empecé a componer mis primeras décimas. Yo compongo desde hace mucho tiempo poesía y música, todo de manera autodidacta, no tengo formación académica en la formación musical. Ahí empecé a hacer mis primeras décimas…hice alguna canción en décimas también. Y luego, más menos por el 2004-2005, yo pertenecí a otro grupo de la localidad de Santo Domingo, y ahí Marcelita Piña y Regina, su hermana, eran hijas de un cantor: Isidro Piña Quiroz, tremendo personaje que ya no está. Él hacía una novena en Santo Domingo que ya no se hace, y coincidí también en un momento en ir a cantar a la novena, pero por una cosa de la iglesia. Ahí también coinciden don Arnoldo Madariaga Encina y Madariaga López, entonces, justo ellos estaban realizando un taller, taller de canto a lo humano y lo divino en El Convento, recuerdo. Eso me pareció interesante, y me enganché con eso. Ahí aprendí la afinación traspuesta y conocí más cantores. 


Ahí empecé a hacer décimas por fundados bíblicos, y don Isidro Piña, que es un tremendo personaje, porque él tuvo la visión de agrupar a todos los cantores dispersos que estaban por acá de la localidad del Convento, Bucalemu, y otras zonas. Entonces él hizo una agrupación allá en Santo Domingo que se llamó “Agrupación de cantores a lo divino Los Angelitos de Santo Domingo”; Los Angelitos por el nombre de un sector de por allá que tiene mucha magia. Y, por su puesto, yo me hice parte de la agrupación de manera. En su momento tuvo harto peso porque se viajaba mucho a los cantos que había en la zona: en Loica, en el Convenento, Rapel, Putaendo, Tantehue, y lo más lejos que llegamos fue el templo de Maipú, en la catedral de Melipilla, y así en muchos lugares.  Ahí hice como todo un recorrido de lo que era el canto a lo divino en la zona. 


Uno siempre está enseñando a alguien, en mi caso, siempre estoy ofreciendo talleres o instancias para enseñar. En una oportunidad hice, en el año 2011, un taller con la familia Madariaga. Eso fue en la provincia de San Antonio. 


Para mí todo esto es fundamental, es casi vital. No me imagino no haciendo esto. La poesía popular tiene una magia en donde tú puedes decir todo a través de esto. Tiene una rima estricta: sí; pero aquí podemos decir todo. Eso a mí me seduce. 


Depende mucho del canto que uno esté haciendo. Por ejemplo, a mí me invitan mucho a cantar a los difuntos; en este caso de los velorios me gusta mucho la personificación, es como que tomo el lugar del difunto para referirme a los familiares y a los amigos, y así hablar por el difunto. Ese es como el rol que le doy al canto en esa instancia. Pero también cuando canto a lo divino, que para mí es cuando le canto a la naturaleza o por fundamentos bíblicos, me gusta mucho emocionarme cuando estoy cantando.

  • Identificador SIGPA: CI6701
  • Fecha de registro: 06-09-2022
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: San Antonio
  • Region: Valparaíso
Ubicacion