A los doce años realizó, junto a su hermano, su primera embarcación, un pequeño bote de tres metros construido con gran dificultad y con las herramientas que pidió prestadas a su tío que era carpintero mueblista. Hecho con Canelo porque no disponían de los recursos para comprar mejores maderas, junto a su hermano utilizaron ésta primera embarcación para pescar Centolla y luego poder comercializarla. De esta forma, Juan comenzó su camino como carpintero de ribera, realizando posteriormente sus embarcaciones de madera de Tepa o Ciprés que él mismo, juntoa su padre, iban a buscar al monte, volteando los árboles a “pura hacha” ya que durante ese periodo no tenían herramientas como motosierras y no existían las medidas de protección al bosque que se encuentran vigentes hoy.
Cuando Juan tuvo dieciocho años se fue a Punta Arenas, donde tenía familiares, en busca de mejores oportunidades labores. En dicha ciudad trabaja por seis meses hasta que decidió irse a Argentina, específicamente a Río Gallegos donde estuvo por diez años, trabajando en la construcción de viviendas como también en un aserradero. Posteriormente decide volver a Chiloé, a Quellón, donde conoce a quien fuera su esposa, con quien tuvo siete hijos, cuatro hombres y dos mujeres, sin embargo, luego se separa. En Quellón Juan adquirió un terreno, construyó su casa y se dedicó por completo a la construcción de embarcaciones, especialmente cuando hubo una alta demanda por botes y lanchas con motivo del auge de la actividad pesquera de Almeja, Erizo, Cholga, Loco, Merluza y Congrio. Durante aquel periodo Juan recibía encargados de todas partes de Chiloé, de Punta Arenas e incluso desde Valparaíso para la pesca de la Albacora. Luego de terminar unos últimos encargos, Juan decide volver a Punta Arenas, donde recuerda: “Llegue a Punta Arenas, y ese día al otro día puse un aviso en la radio Polar de Punta Arenas, se ofrecía un carpintero llegado del a isla grande de Chiloé en la tarde y estaban golpeando la puerta donde estaba yo ya a buscarme para que vaya hacer trabajos en la playa reparación de embarcaciones todas esas cosas porque cuando terminan las faenas los viejos varan todas sus embarcaciones a reparar y después la sacan lista a trabajar.Empecé a trabajar al tiro al otro día”.
En su segunda vez en Punta Arenas, Juan trabajó principalmente con madera de Lenga, realizando por sobre todo reparaciones de embarcaciones, hasta que llegó a Puerto Aguirre a reparar una lancha de un familiar, lugar donde reside hasta la actualidad. A lo largo de su trayectoria como carpintero de ribera, Juan ha trabajado solo y en compañía de ayudantes cuando la demanda de embarcaciones fue muy alta, sin embargo, durante el último tiempo quienes le ayudan son sus dos hijos, aquienes enseñó el oficio desde que eran muy pequeños, alrededor de los cinco años. Sus hijos, Julio y Mauricio, comienzan a trabajar con él, les enseña a estopar, enmasillar y pintar. En la actualidad ambos trabajan solos y ocasionalmente le colabora a Juan. Actualmente Juan se dedica a la reparación, la última embarcación que construye la hizo hace unos dos o tres años atrás. Para las reparaciones o construcciones son los clientes quienes deben proporcionar la madera, no obstante, en algunos casos también se encarga de buscarla al monte. Algunas de las reparaciones que hace consisten en “cambiar la quilla, la roda, los codastes, tablas malas que tenga, y unas cuadernas malas que tenga y hacerle la cabina nueva”. En cuanto al futuro de la carpintería deribera, con la llegada de la fibra -que no necesita tanta mantención como la madera- el trabajo podría disminuir, sin embargo, sostiene que “gente humilde y pobre va a existir toda la vida, entonces esa gente siempre va aquerer este trabajo que hacemos nosotros porque este es el trabajo más barato”.
Juan Guentén se encuentra en ejercicio activo del oficio, principalmente reparando embarcaciones. Ha podido transmitir sus conocimientos y saberes a sus dos hijos, desde muy pequeños, quienes se desempeñan en la actualidad como carpinteros de ribera.