Nacida y criada en Valparaíso, su ingreso a la música viene tanto de su madre como de su padre. La primera fue cantante lírica y además creció con familia de cantantes; el segundo, “Pollito” Humberto González, pianista y cultor reconocido en el ambiente de la MBTV y hermano del ya fallecido cantante Jorge Montiel. Madre y padre se conocieron grabando en la radio y por lo mismo, fue casi imposible que Myriam y sus hermanos no estuvieran vinculados desde siempre a los sonidos musicales propios de Valparaíso. Pero serán su mamá y tía quienes serían su influencia aún más directa, con los boleros y tonadas antiguas. Su tía, Gloria Rey, fundadora del conjunto folclórico “Gloria rey y los Huasos Andinos”, muy conocidos por aquel entonces, circulaban haciendo presentaciones en Chile, Perú y Argentina. De ella aprendió las tonadas antiguas y el vals peruano. Por parte de su padre, se crio en un ambiente lleno de músicos con los cuales compartió y, si bien estudió algunos años música en la PUCV, decidió seguir su propio camino. Su influencia musical, sobre todo en el bolero, son Armando Manzanero y, más hacia lo tropical, Celia Cruz. Desde hace más de 15 años que es cantante principal del famoso restaurante El Cinzano, donde ha interpretado boleros con destacados músicos, entre ellos, su padre. Su influencia con los más jóvenes la canaliza a través de los escenarios, donde puede difundir su estilo. Actualmente continúa presentándose todos los fines de semana, deleitando con sus canciones a todos los que visitan este mítico restaurante.
Para Myriam, si bien ejecuta otros géneros, será el bolero aquella música que nunca termina y que más le apasiona y por la que sigue cantando. Esto tiene relación a elementos que parecen necesarios para que una canción sea considerada como bolero: pasión, amor y entrega. Sin duda, para ella este género estructura su sentido de pertenencia en la música, donde la bohemia es muy importante y el bolero es fundamental para su trayectoria nocturna. La prefiere por aquella solidaridad que se da en la noche en la barra del bar, donde se puede intercambiar ideas y comentarios, en torno a la música y “un vinito solidario”. por otra parte, ella continúa el legado de la fallecida cantante Carmen Corena quién fuera la cantante del restaurante Cinzano por alrededor de 22 años.