Nació en Tranquilla y en la misma quebrada de Culenco, como era la hermana mayor de la familia, desde niña se dedicó a criar cabras. Desde los 6 o 7 años comenzó a pastorear.Su padre trabajaba en la hacienda, Nora recuerda que utilizaba de zapatos las llamadas “chalalas” hechas en cuero de vaca y goma de neumático. A los nueve años Nora fue al colegio, su madre era muy exigente y si ella no cumplía con sus compromisos le pegaba con una varilla de palqui.Nora se siente que parte de los pueblos originarios, tiene una conexión profunda con la naturaleza a la que ve como la más profunda forma de sanación.Ahora tiene 70 años y continúa criando cabras aunque ya no puede llevarlas a la cordillera ella misma, ahora los llevan sus hijos.