Viví de niño al lado de la Iglesia. Solía ir a ver los ensayos del baile; el abanderado de la época me dio la oportunidad de comenzar a tocar el pífano. De esto hace ya 37 años. Hoy mis dos hijos también comparten esta dedicación de tocar y bailarle a la Virgen.
Soy pifanero: quien lleva la melodía en el Baile de los Negros.