Inició su trabajo en la alfarería a los trece años, aprendiendo el oficio de sus vecinas Juana Duran, Silvia García y Elsa García.
Participó además en talleres de Caritas Chile y Fosis, se dedica a la fabricación de piezas utilitarias y ornamentales (Mates, pocillos, chanchitos, juguetes, guitarreras, jarros, miniaturas). Domina todos los pasos de la alfarería, pero no realiza el molido.
Traspasó sus conocimientos a sus hijos, actualmente se encuentra activa en el oficio.
Pertenece a la asociación Comité de Alfareras de Quinchamalí.
Tesoro Humano Vivo 2019 Alfareras de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca