Nació y se crio en Lo Valdivia, sus abuelos también vivieron en la zona.
Sobre el aprendizaje del oficio, cuenta “Desde que nací tenía las patas en el barro. Mirando uno aprende, siempre mirando. Y los vecinos también lo ayudan a uno, que no sabe nada de las aguas. Y desde los 8-10 años estaba trabajando.” Ha trabajado siempre como mediero, es decir que trabaja terreno de salinas que le pertenecen a otra persona.
Sobre la importancia de preservar el oficio, indica que “Esto es lo más bonito, lo más tradicional, no deberíamos dejar que nunca se muriera.”
La construcción del puente en Cáhuil, lejos de ayudarlos perjudicó su labor, dado que la laguna artificial que se estableció bajo el puente entorpece el curso del agua de mar hacia las salinas, “La cuestión de la laguna ahí, que al puente le salió un canal nuevo. Entonces ahora cuesta que el agua suba, sería bueno hacer un nuevo canal, bueno, sin problemas para que llegue el agua para arriba.”
En su familia también conocen el oficio su padre, sus hermanos, abuelos y primos.
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