Lo conocí cuando tenía como 7 años, a esa edad yo lo escuchaba. De ahí, a los 11 años fui a una novena donde mi abuelita junto a mi finado padre. Ahí me aprendí un verso, porque alguien lo andaba declamando en el fundo donde trabajaba. De mi padre también aprendí otros. En una vigilia mi padre me dijo si me animaba a cantar, le dije que sí, y en la vuelta de la rueda canté; desde ahí canté varios años en novenas hasta los 15 años. Fui a varias novenas porque habían como siete familias que hacían: para San Francisco, Las Mercedes, Las Cármenes. Habían varios cantores. Se cantaba con una sola guitarra, así que era fácil seguir las tonadas. Uno de los que eran buenos buenos para tocar la guitarra era Domicildo Huerta, tenía bonitas tonadas. Él le buscaba el tono hasta que lo hacía cantar la tonada, el hacía hablar a la guitarra. Lo mejor que he visto yo como cantor. Después que me casé dejé de salir a las novenas, unos 15 o 20 años. Y cuando tenía 52 años volví a cantar décimas, ya no me perdía novena. Después tuve un accidente vascular, tuve que parar; pero puedo seguir cantando. Yo aprendí viendo y escuchando, cuando iba a las novenas o a los angelitos. Antes los versos los armaba yo, pero con el accidente vascular me complicó. La guitarra la aprendí a tocar después de viejo, harán unos 25 años. Cuando joven no fui capaz de aprender, además de que no tenía guitarra. Hice un verso cuando tenía como 16 años, lo canté una vez y no lo canté nunca más. Estos conocimientos se los he entregado a los cantores cuando me preguntan, cuando nos ponemos a conversar. Yo lo que he hecho son versos para difuntos. Para mí saber todas estas cosas significa defender y mantener la tradición, también como un servicio a la religión.

Cuando lo hago me siento más aliviado, es como si se liberara algo; y me gusta cantar, me gusta escuchar buenos cantores cuando cantan los fundaos, o los versos están bien hechos. Yo veo harto ChileCanto Radio, ahí veo os cantores y les sigo el verso, no sé si en todos lados se canta el mismo verso, pero se pillan unos con otros en palabras.